Hablaba El Tapir en el post de San Álvaro de Córdoba de unos zapatitos, los que luce el portador de la imagen del santo patrón del día. La de hoy es una fecha lo suficientemente entrañable como para recordar otra historia acerca de unos zapatitos. ¡Gracias por el regalo, Laureà!
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Preciosa y emocionante historia mínima que deviene un inmenso canto a la esperanza en el ser humano.¡Gracias a Laureà por compartirla y a Gran Uribe por ofrecérnosla!
ResponderEliminarBella historia de una fugaz amistad entre el niño de la chancla rota y el de los zapatos nuevos. Emocionante la carrera del chaval para entregar a su dueño el zapato perdido. Conmovedor el gesto de generosidad del otro niño al desprenderse del otro zapato para dárselo al amigo. Gracias Laureà y Gran Uribe. MJ
ResponderEliminarEntrañable. Un canto de vida y esperanza. Precioso. Gracias otra vez a Laureà y a gran Uribe.
ResponderEliminarPreciosa y conmovedora historia. Gracias por este testimonio de solidaridad entre niños.
ResponderEliminarnvts