domingo, 14 de febrero de 2016

Esto no estuvo aquí siempre

Gran Uribe se alegra de que Javier Marías haya seguido por fin los consejos de la japonesa Marie Kondo y haya puesto un poco de orden en su despacho. Por otro lado, un servidor también está harto, como él, de que se echen pestes de las pocas cosas buenas que se han hecho en España en los últimos ochenta años.
Completamente de acuerdo, pues, con todos los aspectos de su artículo de hoy, titulado Esto no estuvo aquí siempre, y no solo con los dos párrafos que hemos seleccionado aquí (en los otros se menciona a Podemos y a la CUP, por ejemplo):

Javier Marías
[Fotografía: Jordi Socías]
[...] «Se ha perdido de vista con qué se hubieron de enfrentar los políticos de la época, alegremente denostados ahora por muchos jóvenes y no jóvenes que reclaman para sí un heroísmo que, para su bendición, no está a su alcance. Se han encontrado un país plagado de defectos y carencias e injusticias, pero no intrínsecamente anómalo, como aún lo era el de 1976. Se han encontrado con un Ejército profesional y sometido al poder civil, del que nadie teme que se pueda levantar en armas contra sus políticos y su propia gente; con una policía que, como todas, comete excesos, pero que no representa un peligro para la población ni detiene a capricho; con un país sin censura, con libertad de expresión, en el que se admite cualquier postura (incluida la disgregación) siempre que no la acompañe violencia; con divorcio (no lo hubo hasta 1981), sin sumisión legal de la mujer, con libertad religiosa, con matrimonio homosexual, sin juicios de farsa, con sindicatos (¿o es que ignoran que estaban prohibidos en el franquismo, lo mismo que los partidos y las elecciones?).

Quienes han nacido ya con esto no saben o no quieren saber que esto no estuvo aquí siempre; que costó mucho esfuerzo, mucha mano izquierda, mucha habilidad conseguirlo sin casi sangre, así como buenas dosis de renuncia y contemporización necesarias. La prueba del éxito de la operación en su conjunto es la propia existencia de esos partidos “nuevos” pero nada novedosos, dedicados a echar pestes de quienes la llevaron a cabo. Aquellos políticos y aquella sociedad civil sí que tuvieron dificultades, sí que inauguraron una era e hicieron una revolución en sordina, sí que se la jugaron de veras. Hasta la vida, algunos. Lo hicieron regular o mal en algunos aspectos, qué menos. Podría haberse hecho mejor, como toda empresa humana. Pero lo que desde luego no merecen es el vituperio a que se los lleva sometiendo algún tiempo, a ellos y a sus logros. Por parte, además, de ventajistas y megalómanos, de los que la política ha estado llena desde su prehistoria. Nada tan viejo como los caudillos “carismáticos” y con labia. Lo que hoy presume de “nuevo” es en realidad de una ancianidad, qué digo: de una decrepitud pavorosa».



2 comentarios:

  1. Poco hay que añadir a este artículo. A ver si los partidos nuevos y los nuevos componentes de partidos antiguos, se informan bien y se enteran y dejamos de oír necedades, como por ejemplo, las que dijo Rufián sobre la elaboración de la constitución, los fachas y la historia de España. MJ

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  2. Veo un poco apagado al señor Rufián. Quizá es porque esta legislatura camina a paso de tortuga y no ha podido dar de sí todo lo que lleva dentro, que es mucho.

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