Locales, urnas y panderetas

Bueno, ya tenemos locales, los institutos de enseñanza secundaria; urnas, las de cartón ya conocidas; papeletas, las del SÍ/SÍ, también conocidas.
También tenemos profesores engrescats, sobre todo los de Història i de Ciències Socials, que presidirán las mesas. Y tenemos alumnos, los de 16 años o más que, debidamente adiestrados, acudirán a depositar su voto SÍ/SÍ en los 14 días posteriores al 9N, incluso en horario de clase. No sería del todo descartable que eso les sirviera para aprobar la 1ª evaluación (si su voto es SÍ/SÍ, claro).
No es por hacerse el listo pero Gran Uribe, buen conocedor de ese mundillo, ya vaticinó este operativo hace varios días.

De las panderetas nos hablará luego Francisco Morente en un buen artículo.

Recreación virtual de las votación en un instituto el día después del 9-N / granuribe50.blogspot.com.es

Al respecto de este asunto del día 9N, el sindicato AMES envía la siguiente nota:

"Los delegados territoriales de Ensenyament han convocado a los directores de centros de Secundaria a una reunión que nada tiene que ver con la enseñanza. Los Delegados, sin querer dar ningún escrito, han instado los directores a que abran los centros el próximo 9 de noviembre para hacer en ellos una consulta ciudadana, y que informen de la misma al claustro de profesores, para que todos los que quieran vayan a ayudar. Al no querer dar ninguna orden escrita, todos los directores que lo hagan estarán actuando por voluntad propia, es decir se convertirán en impulsores de esta consulta. Al ser informados directamente por el Delegado en una reunión pública, se está intimidando a los directores, porque resulta muy difícil decir públicamente al superior que no se está de acuerdo en hacer una acción que  nada tiene que ver con su profesión.  Lo mismo le pasará al profesorado cuando sea informado por su Director. Si bien algunos profesores estarán encantados de colaborar en la consulta del 9 de noviembre, quizás no les gustará que esta colaboración sea de la forma que determine su Director. Habrá quien no se sienta intimidado por no ir a pesar de haber sido invitado, pero otros muchos profesores considerarán que no cumplir lo que su Director les ha propuesto puede hacer peligrar su continuidad en el centro el próximo curso, o el conseguir cualquier otro destino.  Es evidente que la función del Director de un Instituto de Secundaria no es sondear las opciones políticas del profesorado de su centro. Por lo tanto, consideramos que el Departamento de Enseñanza está vulnerando los derechos de sus funcionarios obligándolos a participar en sus objetivos políticos o bien a sufrir el miedo de poder pasar a una posible lista negra".

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 Bueno, ya estamos con Francisco Morente. Dice, entre otras cosas:

[...] "Hasta ahora se había procurado aparentar (porque era solo apariencia) que la movilización soberanista de los últimos años surgía de la base, del pueblo, y era canalizada por la llamada sociedad civil, materializada en la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural. En esa interpretación, los dirigentes políticos, y muy especialmente el Gobierno convergente, no tenían nada que ver con el impulso de la movilización, limitándose a seguir los pasos que el pueblo ordenaba. Hasta el punto de que, cuando se planteaba la posibilidad de desobedecer al Tribunal Constitucional, se argüía que, de hacerlo, no se estaría realmente ante un acto de desobendiencia a las leyes sino de obediencia a lo que el pueblo catalán había decidido.

Ahora ya no hace falta seguir disimulando. La campaña de propaganda y agitación pasa directamente al Gobierno de la Generalitat. Lo que organizado por la ANC sería una convocatoria legítima de ejercicio de los derechos civiles, orquestado por el Gobierno pasa a ser un acto de división de la sociedad catalana.
El Gobierno actúa a favor de una parte de la ciudadanía y en contra de la otra. Pierde la neutralidad exigible a la Administración en cualquier acción que tenga que ver con la manifestación de la voluntad de los ciudadanos mediante el voto. Y, lo que no es menos grave, pone los recursos públicos (es decir, los impuestos de todos) al servicio de una causa partidista. Con la (no)convocatoria del nuevo 9-N, el Gobierno rompe las reglas del juego y, de paso, deja en evidencia a quienes ingenuamente (o no) lo han acompañado durante estos últimos meses".[...]

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