La gran estafa llega a su fin

Un impactante artículo obtenido gracias a los buenos oficios de Nvts. Pertenece a un blog del que desconocía su existencia, el de Arqueòleg glamurós. Lo escribe alguien con ansias de votar y que al parecer se ha visto tremendamente decepcionado con Arturo I "El Trilero". Gran Uribe os ha seleccionado los tres primeros párrafos para abrir boca, traducidos al castellano. El resto tampoco tiene desperdicio por su contundencia.

De todas maneras, no nos riamos mucho de este esperpento ya que lo cierto es que se sigue haciendo camino, aunque sea a costa de hacer el ridículo. Y  Lluis Llach, Carme Forcadell, o la monja Forcades están al doblar la esquina... Ya lo avisó Uribe.

La gran estafa llega a su fin

"Artur Mas es el Gran Estafador, el trilero que hizo creer a la masa enfurecida por la crisis que crear de la nada un País sin paro, ni impuestos (o helado de postre cada día) era posible mientras por debajo de la mesa recortaba y aniquilaba el Estado del Bienestar en un silencioso genocidio social (perfecto ejemplo doctrina del shock, de la que habla Naomi Klein ). Ahora ha confesado que todo era un fraude sangriento, se ha arrodillado ante la legalidad española y pretende cambiar la democracia por un simulacro de parodia de farsa; una pantomima similar a la que hice yo en mi casa en 2009 donde fui proclamado Monarca Absoluto de Hospitalet de Llobregat, recogiendo un apoyo similar al que tendría una Declaración Unilateral de Independencia en Cataluña.

Miles de personas aún volverán a seguir a este mesías hasta el Abismo del ridículo como zombies moribundos, entre ellos quizás Ex-izquierda y CUPvergència así como los diversos tentáculos convergentes (ANC, Omnium, AMI ...). La ilusión y la fe son unas drogas psicotrópicas que dan sentido a muchas vidas mediocres, y cuando se acaba la dosis repentinamente estos yonkis del positivismo mágico suplicarán y lloriquearán sobrecogidos por una nueva dosis, antes de que llegue el síndrome de abstinencia y les haga abrir los ojos en su triste y pútrida realidad. Necesitan creer para vivir.

/>La pluma con la que firmó el Decreto y el contador de Plaza Sant Jaume se han convertido en restos arqueológicos de la demencia mesiánica y monumentos a la vergüenza ajena. El Tricentenario ha acabado como el amarillento recuerdo de una broma de mal gusto, la rendición de la Administración pública a la seudohistoria romántica de "pa sucat amb oli" y al Antiguo Régimen feudal. Todas las fotos históricas servirán para ilustrar un completo estudio psiquiátrico sobre la alienación colectiva y el fanatismo de masas".[...]

Enlace (puede obtenerse la traducción en el mismo blog): La gran estafa llega a su fin