lunes, 25 de abril de 2016

Resaca de Sant Jordi en "La Central"

Sección de Narrativa de la librería "La Central", en Barcelona (25/4/2016) / [granuribe50.blogspot.com.es]
Decíamos ayer, "los libros los comprará otro día". Y ese día, o uno de esos días, ha sido hoy. Y ¿dónde? Pues dónde va a ser: en la librería La Central, en la calle Mallorca. No queda otra igual en esta ciudad, y uno se llevaría todo a casa, aunque solo fuera por el placer de refitolear por allí, comprar, abrir los libros, hojearlos, leerlos luego y, de paso, ayudar a mantener un establecimiento que, si desapareciera, Gran Uribe se pegaba un tiro, dicho sea en sentido metafórico.

Hecha la compra, se ha dirigido al bar, situado en el primer piso y allí, en la tranquilidad del patio de manzana, donde no se oye rumor alguno más que el de conversaciones sosegadas, ha procedido a pedir su cervecita de rigor y a hojear el producto de su incursión a ese templo. Después, ha vuelto a casa muy contento.

Están celebrando sus 20 años de existencia y, con ese motivo, han editado un pequeño diario con las novedades editoriales y textos de algunos escritores glosando tan feliz aniversario. Empieza Javier Pérez Andújar, que vive donde la ciudad cambia su nombre, en Sant Adrià del Besós, muy lejos de la librería, pero viaja siempre que puede hasta ella y afirma haber llenado su cabeza mirando los lomos de sus estanterías y, por eso, se declara 'centralista'. Gran Uribe también es 'centralista' en ese sentido (y en otros); acude poco al centro de esta ciudad "muerta de éxito", pero cuando lo hace procura siempre tener un momento para entrar en La Central , de ahí su centralismo. Dice Pérez Andújar:

«La luz fue con lo primero que flipé al entrar en la librería. Estaba recién inaugurada, bueno, yo qué sé, unos meses, era nueva. Y se metía luz del día por todas partes. Era luz de verdad. Los libros a veces iluminan y otras arden. Quiero decir, que fue una iluminación que me dijeran que estaba esa librería en la calle Mallorca, a donde nunca iba para nada. Un sitio raro de L’Eixample. Desde entonces, llevo compartido un 40% de mi existencia con la existencia de La Central. He llenado mi cabeza mirando lomos en sus estanterías, me he dejado toda la pasta que he podido como un yonqui subvencionado. Me ha hecho soñar que soy cosmopolita llegando a su parada en un autobús de acordeón. He de reconocer que soy centralista en muchos aspectos».


Y continúa Enrique Vila-Matas, que recuerda los comienzos de esa aventura y cómo, con los años (ya 20), solo se mantienen en pie en esa manzana La Bodegueta y La Central.

Zona de acceso a la librería / [granuribe50.blogspot.com.es]
«Hace ya veinte años y unos días, un miércoles 24 de enero de 1996 tuve una breve reunión con Antonio Ramírez en el bar La Bodegueta, en el número 100 de la Rambla de Catalunya. No recuerdo nada de lo que hablamos, salvo que faltaban dos meses para inaugurar La Central y Antonio estaba preocupado por la recepción que pudiera tener la nueva librería, que para mí iba a estar situada en un tramo de la calle Mallorca por el que tenía la impresión de que no pasaba mucha gente, aunque nada de esto le dije a Antonio aquel día, sin duda para no preocuparle más; al contrario, le animé, con la fuerza del que sabe que no pierde nada por animar. [...]

Pasados veinte años, volví ayer a La Bodegueta con la intención de pensar allí in situ qué podía decir en este breve texto de celebración de la vida. Volví y me di cuenta de que, salvo esa estupenda bodega (que milagrosamente permanece idéntica a cómo era entonces), el resto de la gran acera a la que ésta pertenece –que incluía una tienda de discos genial y el no menos extraordinario cine Alexandra– ha sido sustituida por comercios de una vulgaridad aplastante. Dadas las circunstancias, quizás haya que celebrar ahora desesperadamente que La Bodegueta y La Central hayan sobrevivido y hoy, veinte años después, estén incluso mejor que entonces, indemnes –por lo que se ve- al implacable curso de la destrucción que en Barcelona lo arrolla todo».


Enlace al blog de La Central: 20 años entre libros

7 comentarios:

  1. También yo soy un "centralista" consumado. Comparto plenamente el entusiasmo de Gran Uribe y Gran Pérez Andújar por La Central. Para mí fue un descubrimiento maravilloso y siempre que voy a Barcelona procuro encontrar un hueco para visitarla con tranquilidad y tiempo por delante, que es como hay que hacerlo. Gran parte del éxito, como no podía ser de otra manera, es por los propios libros y revistas, por su organización dentro de la librería, por ese pavimento de madera que da esa calidez especial al ambiente, pero lo que la distingue de otras similares es, como dice muy bien Pérez Andújar, por LA LUZ que llega a raudales a todos sus rincones. ¡Que Dios nos la conserve!
    El Tapir

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    1. Como dice Sergi Pàmies en la nota del blog de La Central: "quan sents com el terra cruix, saps que no et pot passar res dolent". Al sentir como cruje el suelo, sabes que no puede pasarte nada malo, y nada malo pasa allí, más bien al contrario.

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  2. Yo también: centralista a tope.

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  3. La dos señoras que se encuentran en la sección de narrativa de la foto superior, sobre todo la que está al fondo, también parecen centralistas y muy concentradas en la elección de libros. MJ

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  4. La verdad es que la concentrada buscadora de libros que aparece en el fondo echa muchísimo de menos otra librería,la exquisita Áncora y Delfín. Su cierre es una herida que aún no ha cicatrizado en ella, y La Central ahora le sirve para notarla menos.

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  5. Comprendo muy bien a la concentrada buscadora de libros que aparece en el fondo. Yo también echo de menos, y muy a menudo, otra librería, igual de exquisita, y a sus exquisitos libreros, la Platón.
    Hoy me he consolado acudiendo a La Central. He comprado "Los Tyrakis", que no encontraba, y he encargado unos libros que me había recomendado una amiga muy querida. Espero tenerlos pronto.

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    1. Buena librería la Platón, lo suscribo. ¡Qué pena! Pero tenemos que buscarnos sustitutivos, no nos cabe otra, y La Central es una buena opción, no lo dude.

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