martes, 5 de abril de 2016

El gin tonic de media tarde (1)

Gin tonic de media tarde (1) en el Hostal Parque (Ibiza) / 5/5/2016
Hace unos días, Juan José Millás reconocía que el latiguillo que incluye en muchos de sus escritos periodísticos no era otra cosa que un recurso literario sin correspondencia alguna con sus prácticas vespertinas. Quienes acostumbren a leerlo, siquiera de vez en cuando, saben de su gin-tonic de media tarde en cualquier bar: "Estaba con mi gin-tonic de media tarde cuando escuché en la mesa de al lado: —La prueba más severa de que Dios no existe es el aparato digestivo –dijo una mujer a otra". O, por ejemplo: "Usted, si se viera en el trance de elegir, ¿preferiría ser empleado de Vicente del Bosque o de Florentino Pérez? ¿Con quién se tomaría más a gusto el gin tonic de media tarde? ¿A cuál prestaría cien euros sin temor a perderlos?". Y cosas así. Es un modo, decía, de construir el relato a caballo entre realidad y ficción.

Hoy de ficción nada de nada. Realidad pura y dura: Gran Uribe ha estado en buena compañía (animoso conservacionista de una especie en peligro de extinción, para más datos), se ha tomado la mar de a gusto su gin tonic de media tarde, que era real como la vida misma, y no era cosa de andar escuchando las historias de las mesas de alrededor. Era real, sí, aunque se diría ficticio: se encontraba en una Ibiza tranquila y razonable, muy diferente a la que uno suele sufrir en otras fechas.


1 comentario:

  1. Gran Uribe, a Usted y al señor que está a su lado, se les ve estupendamente con su Gin Tonic. Por eso me sabe mal molestarle hoy a estas horas, ya que debe de estar otra vez con su copa de la tarde. Pero es que quiero publicar un comentario en "Mas vale bancos ......" y no me lo permite el blog. Voy a ver si tengo más suerte con éste. Un saludo desde la Península a usted y al otro señor de la foto. MJ

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