En fin, su padre es herido en la sierra, muy cerca de Madrid, mientras luchaba contra los fascistas y es trasladado al hospital de Carabanchel. Allí Celia lo va a visitar a diario en tranvía, aunque lo que vive durante esos viajes por Madrid no es muy edificante, la verdad, y los comentarios que oye... todavía menos:
Cuando al fin acaba el trayecto del tranvía, el tramo hasta el hospital militar (que suele recorrer a pie) también se las trae:
Nos lo explicaba la inolvidable Carmen Martín Gaite en una conferencia titulada "Elena Fortún y su tiempo", recopilada en Pido la palabra (Anagrama, 2002), un libro que ya comentamos en aquella entrada del mes pasado:
[...] «Elena Fortún saca nuevamente a relucir al abuelo de Celia, que enseguida será fusilado por los del bando llamado nacional, mientras que el primo Gerardo caerá bajo las balas del bando contrario. Y arracimados alrededor de Celia huérfana de madre, con el perenne rumor del fondo de bombardeos, fusilamientos y casas desplomadas, se mueven a manera de fantoches de un guiñol las hermanitas pequeñas, la criada Valeriana, la reaccionaria tía Julia y el propio padre de Celia, el señor Gálvez, herido en un hospital militar de Madrid y al que ella, de dieciséis anos, va a llevar ropa y comida esquivando peligros. Pero no acierta a encontrar, entre todas aquellas fantasías que aletean en su cabeza como pájaros moribundos, las palabras adecuadas para consolar a quien tanto lo necesitaría». [...]
A partir de los párrafos iniciales reproducidos más arriba, la novela sigue in crescendo, con una especie de helada frialdad —impropia de una chica de dieciséis años— que nos involucra poco a poco, hasta convertirse en casi insufrible.
Celia en la revolución (Portada de 2016) |
Apenas tiene nada que ver con los libros anteriores de la serie, pero es muy bueno también. No resulta fácil encontrar un documento tan conmovedor de todo aquello que nosotros no vivimos, aunque sí nuestros padres. Gran Uribe insiste: no dejen ustedes de leer (o releer) ese libro en estas fechas. No lo encontrarán entre las recomendaciones para Sant Jordi que publican los suplementos de prensa. No hagan mucho caso de esas propuestas y no se me despisten. No les llevará mucho tiempo leerlo y agradecerán el consejo, sin duda.
Dan ganas de leerlo. A ver si encuentro el libro y me lo regalo para Sant Jordi. MJ
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