Era tan fanático que hasta pintaba con tiza en un armario verde de su habitación el monigote que lo representaba, con la aureola incorporada. Y su madre, la sin par Patiña, era tan permisiva (o "pasota") por entonces en esas cosas que lo aceptaba sin rechistar (otras "de más gordas" tenía que aguantar, la pobre). ¡Qué tiempos! Se nos escaparon de las manos sin darnos cuenta, creyendo que todo sería mejor después.
Y unos años más tarde vino lo de hacer de James Bond, en un papel un poco más flojillo, sobre todo cuando lo comparamos —valga la redundancia— con el incomparable Sean Connery, que ese sí que era un buen actor. Aún recuerda uno, cuando era ya adolescente, la aparición de entre las aguas de Úrsula Andress, con su biquini blanco y puñal al cinto, en el "Doctor NO" (no, ese "Doctor NO" no era el resucitado Pedro Sánchez, todavía).
En fin, es la historia, carísimos hermanos. El caso es que los procesistas llegan tarde en su intento de que el pobre Moore clique en el enlace para confirmar su correo electrónico. Tampoco creo que, en su lugar, lo haga Sean Connery, quien sin duda tendrá cosas mejores que hacer (y si no, mal lo tiene).
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Lo recuerdo..y recuerdo el tema como si fuera hoy.
ResponderEliminarSobre lo segundo, ¿qué decir?.
Estoy cansado y me ganan por aburrimiento. No hay promesa que puedan aguantar porque no hay un duro.
Se necesita al menos 5.000 millones de euros mes para mantener las estructuras del estado, máxime si además se ha de poner aduanas. Con lo que al final habría más funcionariado que personas laborando en la industria, y eso es inasumible.
La demostración está en La Caixa, que ya hace cosa de más de un año trasladó la sede a Madrid.
Salut
Como Simon Templar estaba estupendamente. Como James Bond, ya no tanto.
ResponderEliminarEn cuanto a lo del Pacte Nacional pel Butifarrendum, lo van manteniendo con ideas a cual más peregrinas. Cada día peor.