Miquel Cartisano (Tot Barcelona), es una persona agradecida, tal como nos indica en la entrada de su blog titulada "Al sino de Rosendo", en la que dice: «Hay muchas, muchas personas, a las que tengo que estar agradecido. Y por qué no decirlo, también a lo que Ortega denominaba "las circunstancias". De todo se aprende, pero a mi me interesa el "de todos se aprende"». Y Gran Uribe le agradece que haya escrito "Las sombras se equivocaron de dueño" (que empezará hoy y que ya leyó doña Perpetua), que sea un fiel seguidor de el blog del gran Uribe y el entrañable encuentro el día de Sant Jordi. |
Y le agradece también el potente vídeo de Rosendo con que ilustra su entrada, una música de un rockero como la copa de un pino que siempre gustó mucho a G.U. (con un trozo instrumental bastante espectacular, un poco en plan Status Quo —minuto 2:40—) y que nos permitimos reproducir aquí.
Adjuntamos, traducido al castellano, el inicio de la reseña que le dedicó Albert Tugues a su libro:
«Un nuevo autor, Miquel Cartisano, y un nuevo libro que tiempo atrás habría sido calificado de texto de denuncia social: Las sombras se equivocaron de dueño (Las barracas de Can Valero Petit). No es crónica periodística sobre las barracas de Montjuïc, sino relato existencial, autobiográfico. Vivencias escritas en forma de monólogo que detalla momentos de una época de la vida —la infancia— del autor, que contextualiza citando nombres de amigos y primeras novias (Azucena), marcas de gaseosas, vinos y champán económico, marcas de tabaco (Tres Carabelas, Celtas), cines de barrio, salones de billares, futbolines, Atracciones Apolo y otros nombres míticos de su infancia en aquel tiempo de Cubitos Maggi y Almacenes El Barato.
Sin renunciar a la recreación literaria de lo vivido, el autor aplica la técnica del fragmento y el espacio en blanco que da a veces el discurso una contundencia y forma poéticas: "Mi historia empieza a partir de los ocho años y cinco meses . Justo en el momento en que mi padre se despidió de mí dándome un beso y diciéndome adiós. No era costumbre en él. Mi madre se lo agradeció». [...]
Gracias a doña Perpetua, y como no, al Gran Uribe por la deferencia de acercarse hasta la metropolitana plaza Villa de Madrid, para hacerse con un ejemplar.
ResponderEliminarFue todo un detalle (como diría Serrat), y (perdón por las citas, pero me pueden), tal como nos dijo J E Cirlot, nada de lo que ha estado una vez conmigo, me abandona.
Muchas gracias. Que el libro sea del agrado del lector. ¡¡¡
Un abrazo
Salut
En eso estamos, pero que sepa que a doña Perpetua le ha impactado, hasta el punto que desde que lo leyó no cesa de buscar información gráfica y escrita sobre estos temas. Cuando TV3 era todavía una cadena seria hizo un buen documental:
Eliminarhttp://www.ccma.cat/tv3/alacarta/Sense-ficcio/Barraques-La-ciutat-oblidada/video/2333059/
Saludos
La última vez que estuve en Barcelona busqué la calle del Cid. Había leído en La Aventura de la Historia que era el centro del barrio chino en los años 20 y 30 del pasado siglo. Para decepción mía, solo quedaban solares y un edificio, que con cambios se mantenía, donde estuvo La Criolla, famoso local de la época ocupado ahora por una asociación romaní. Yo no tengo viejos recuerdos de Barcelona, pues solo la he conocido como viajero-turista de mayor, pero aquel fue un claro ejemplo de cómo el tiempo barre casi todo y que si alguien no fotografía, filma o, sobre todo, escribe respecto a sus lugares, personas, vivencias..., gran parte de aquello desaparece con su último suspiro. Tampoco quiero decir que mi ejemplo sea el mejor, pues aquellos clientes de la calle Cid seguro que no eran muy poetas, lo que pasa es que lo de la ciudad olvidada me lo ha recordado.
ResponderEliminarMateo M.
Gracias por el enlace GRAN URIBE ¡¡¡
ResponderEliminarSalut
MATEO M. Nos pasa a todos, todo cambia, pero no todo a peor, en eso debemos reconocer que hoy tenemos una serie de comodidades que nuestros padres no poseyeron. El hecho de tener gas canalizado, agua corriente y no de depósito, electricidad, cloacas, depuradoras y demás, ofrece una serie de ventajas que no pueden desdeñarse.
La calle del Cid fue la primera calle en electrificarse permanentemente en Barcelona. Allí nació la primera compañía eléctrica, y era centro y polo de atracción. Pero como bien puede pensar, aquello no era asumible. Máquinas de vapor, ruido y humo no comulgaban con habitabilidad. Las casas estrechas, sin ascensor; las vigas de madera, propensas a los incendios y una saturación de habitantes tan densa, hicieron que poco a poco, y a partir de Maragall (el alcalde), se fuera dignificando el barrio, derribando muchos inmbuebles, abriendo espacios, dejando entrar al sol y apacigüando la zona.
No se de otro alcalde que haya hecho más por Barcelona, por más que los de Podem, la Cup, los del CiU, los del pedecat y demás digan que si.
S´´olo puedo hablar bien de una persona, no de todo el partido socialista de aquel momento, porque no sería lo cierto, sólo puedo decir que Maragall, quería a Barcelona e intentó dignificar una zona realmente insostenible y problemática. Puso árboles en todo el barrio chino, bajo los escalones e ihizo rampas para los minusválidos, aireó las zonas super pobladas, realzó zonas peatonales, asfaltó los empedrados...No todo lo hizo bien, no todo, pero de todos, creo, el que actuó con mayor fortuna.
Salut MATEO M...Un placer.
Yo soy bastante conservacionista, pero tengo claro que hay que actuar en algún sentido cuando hay zonas degradadas. Me gustaría que se rehabilitaran en lo posible, pero a veces no hay solución. Seguramente, con parámetros actuales de habitabilidad habría que demoler el 80% de los edificios que tengan más de cien años. Ya se está haciendo en muchos sitios, sin criterio alguno, eso sí. Por ejemplo, hace dos o tres años, en Fraga, fui incapaz de reconocer una calle que subía en curva hasta el Palacio Montcada, pues habían tirado casi toda la parte derecha. La calle era indudablemente histórica (de origen musulmán, allí estuvo Velázquez pintando, se alojaron varios reyes...) pero los edificios eran muy viejos, seguro que de varios siglos. En Aragón, como no tienen pasta, la piqueta es la -mala- solución. Lo que pasa es que también pasa en Catalunya –pongo por ejemplo Valls-, Valencia, Castilla,… Yo siempre he pensado que esos viejos casos podrían rehabilitarse mediante una sociedad pública que compre o expropie los inmuebles caducos y los arregle, conservando su esencia, para alquilarlos asequiblemente a los jóvenes para que arranquen allí su vida emancipada, que luego ya tendrán tiempo de cambiar. Como se ve, sigo siendo un ingenuo.
EliminarAl hilo de esto, tengo pendiente ver una película documental, “En construcción”, de Guerín, que creo que está localizada en la zona del casco viejo barcelonés que hemos citado en nuestras entradas.
Un saludo,
Mateo M.
Le recomiendo encarecidamente que vea esa película, localizada en el meollo de la zona que comentaban. En estos procesos siempre hay varias facetas, y una de ellas, nada despreciable, es la de los especuladores. Que se lo pregunten a los vecinos de la Barceloneta. En fin, no soy un gran entendido en cine pero para mí es lo mejor de Guerín.
EliminarTambién le recomendaría que echara un ojo, si es que no se lo ha echado ya, al documental de TV3 del que dejamos el enlace más arriba.