Con el auge de la fotografía digital, de los teléfonos móviles, de las redes sociales, etc. y con la sobreprotección a que está sometida la infancia, hoy en día casi no hay niño de esa edad al que no se le hayan hecho ya tropecientos millones de fotos, en general de bajo nivel. Desayunando, comiendo, cenando, durmiendo, con sombrerito, sin él, riendo, llorando, eructando, en el agua, en la calle, con padres o abuelos, en fiestas familiares o del colegio, en fin, ya saben...
Antes era diferente: Gran Uribe apenas dispone de una docena de fotos de esos años, tirando largo, pero quien tomaba esas imágenes se lo pensaba y repensaba: la luz, los encuadres, la distancia. Al menos, eso es lo que hacía su progenitor. Y es un auténtico privilegiado: hay quien no tiene ni una sola fotografía de cuando era pequeño (y no tan pequeño).
Panel de fotografías de Milagros Caturla / [Clic para ampliar el panel] |
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Sólo tengo una de mís padres, y la aproveche para una portada.
ResponderEliminarSalut
Unas fotos estupendas. Hay que saber mucho y tener mucha idea para hacerlas así, tan naturales, captando el momento.
ResponderEliminarMi padre tenía una cámara, pero debía de ser tan torpe como yo para la fotografía y cuando nos hacían fotos íbamos al fotógrafo, así es que teníamos las justas. Nunca me ha gustado hacerme fotos. Sin embargo, ahora a todos los adolescentes y no tan adolescentes les encanta, selfies y no selfies, en general, con posturas de lo más rebuscadas. MJ