domingo, 14 de mayo de 2017

Ecos del Festival de Eurovisión

El siguiente panel resume lo que decíamos en la entrada anterior: España ha quedado la última (five points, en lugar de zero), haciendo el ridículo una vez más (con gallo incluido, eso es novedad, como también el triunfo de Portugal, el pariente pobre que a veces nos apoyaba) y con los procesistas augurando la participación de Katalonia en ese magno Festival de culturas ya el año que viene (en boca de Marta Pascal, la flamante "Coordinadora General" del PEDOCAT, que parece que no tiene otra cosa mejor que hacer).


Ha habido otra novedad importante: un sujeto ucraniano subió al escenario envuelto en la bandera australiana durante la actuación de Jamala, ganadora de la pasada edición, y enseñó el culo sin que los servicios de seguridad tuvieran tiempo de detenerle. Bromas, pocas: Arsén Avákov, ministro de Interior ucraniano ha indicado que con toda probabilidad le caerán cinco años de cárcel a ese gracioso espontáneo. Pasen y vean. Ya les dice G.U.: ese festival nunca decepciona. 




[El sujeto enseñando su pompis y el gallo del pobre Manel (no hay para tanto, pobre tío)]

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