Adolfo Suárez era un buen pastelero y se las apañó para que mucha gente cediera parte de sus aspiraciones. El hombre se lo curró, cuidando todos los detalles y gracias a eso hemos podido celebrar el día de ayer, salvo Pisarello, Iglesias y unos cuantos más. El Tapir nos ha recordado un curioso asunto que sucedió hace muchos años y que hoy recreaba Alfredo Relaño, un especialista en episodios futbolísticos del pasado.
Relaño lo cuenta con mucho detalle en su artículo El clásico de la paz, pero en resumen se podría explicar así:
En 1979 Suárez no quería que por un asunto tan banal como un partido de fútbol se le "jodiera" (con perdón) el asunto. Por aquel entonces, el presidente Núñez (hoy en régimen abierto tras su condena por sobornar a inspectores de Hacienda) no desaprovechaba oportunidad para "montar un buen pollo" cada vez que un árbitro favorecía al Madrit, hasta el punto de organizar victimistas cruzadas (en eso no las cosas no han cambiado mucho, la verdad) que hacían arder Troya.
Tarradellas consigue sellar la paz entre De Carlos y Núñez (Febrero de 1980) |
En cuanto al partido de fútbol en sí, decir que a los dos minutos anularon un gol al Barça, con lo que Núñez y todo su equipo abandonaron ostentosamente el palco en presencia de Tarradellas, que se quedó muy mosqueado. Alguien debió de llamarles la atención, porque el hecho es que se arrepintieron y volvieron a su asiento, justificando Josep Lluís Núñez su espantá con un prosaico "tenía ganas de ir al water".
Luego ganó el Madrit con una actuación inolvidable de "un jugador 'de color', negro" (sic, Miguel Ors) que se llamaba Cunningham, un sujeto muy prometedor al que no respetaron las lesiones y acabó muriendo a los 33 años en un accidente de coche en Madrid, siendo jugador del Rayo Vallecano. Pero, ¡qué tiempos!, se produjo una cosa impensable hoy en día: todo el Camp Nou acabó aplaudiendo puesto en pie al pobre Cunningham por el partidazo que había hecho, algo que también le pasó a Ronaldinho unos años después en el Santiago Bernabéu.
Y es que... "fútbol es fútbol" (Vujadin Boskov dixit) o, mejor dicho: "fútbol era fútbol".
Un fanático sólo te hablará de una cosa, y si te habla de otra siempre será para derivarla a su manera de pensar.
ResponderEliminarEso es lo que le pasa al Gaspar, que pierde la estabilidad al hablar del Bercelona y se convierte en un marginado arrabalero, perdiendo siempre la compostura y el don del saber estar.
Por cierto, el Sr Tarradellas estuvo muy acertado, tanto que al final todo el legado de Gaspar padre se fue al carajo. Eso si, como siempre los bancos perdonaron al mal gestor, (Entidades como el Deutsche Bank, Banc Sabadell y CaixaBank son algunos de los principales perjudicados. Los tres bancos han perdonado una gran parte de los 221 millones que debe el grupo hostelero), quizá porque el hombre es de profundas creencias religiosas, católico practicante, y cooperador del Opus Dei.O posiblemente porque políticamente ha estado vinculado a Alianza Popular primero (siendo uno de sus fundadores en Barcelona), y al Partido Popular posteriormente.
Vaya uno a saber ¡.
Me gusta la frase de Tarradellas dirigida a Gaspart "Usted cállese y ocúpese de que en sus hoteles den mejores desayunos". Si Gaspar le hubiera hecho caso, a lo mejor no hubiera quebrado.
ResponderEliminarLa frase de Vujadin Boskov, "Fútbol es fútbol" y otra que leí en su blog "Gol es cuando balón entra en portería y árbitro pita", también tienen mucha miga. "Fútbol es fútbol" lleva implícito un mensaje, no es sólo una frase de Perogrullo. En cuanto a la otra, implica que no sólo tiene que entrar el balón en la portería, sino que además el árbitro lo tiene que dar por válido. Eso dicho en pocas palabras. Qué quiere que le diga, a mí me gustan, quizás porque no soy casi nada de fútbol. MJ
¿Le gustan y no es casi nada de futbol? Pura contradicción
EliminarCaramba, ANÓNIMO 2, eso de : " a mí me gustan, quizás porque no soy casi nada de fútbol", es una verdadera paradoja ¡
ResponderEliminarSalut
Hablando de fútbol, lo que es una paradoja es que la mayoría de los futboleros se quejan de los arbitrajes, pero les dices que haya una especie de ojo de halcón informatizado y revisión arbitral in situ de vídeos y casi todos se niegan a estas posibilidades. Prueben a hacer la pregunta con los que les rodean.
ResponderEliminarMateo M.
Sí, tiene usted razón. No será fácil imponerlo porque, entre otras cosas, con ello desaparecería el victimismo que practican todos los equipos (no solo el Barça) cuando el resultado no les gusta, y eso mantiene en pie todo el tinglado que alimenta este negocio: venta de periódicos, los hooligans, etc.
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