Las reválidas y el pacto educativo

Cruzada del P. Peyton

El patio del colegio está revuelto nuevamente (del pacto hablamos luego). Ahora solo nos faltaban los padres (y madres) organizando cruzadas para que sus nenes no tengan que hacer deberes en casa, porque tienen derecho a la conciliación familiar y a estar todos juntitos en familia cuando acaba la jornada. Seguramente será así, unas tiernas horas modelo "La casa de la pradera" del inolvidable Michael Landon, el pequeño de Bonanza, hablando todos civilizadamente de sus cosas; casi como la "cruzada del rosario en familia" del padre Peyton, aquel de "la familia que reza unida permanece unida" de los primeros sesenta. Gran Uribe no imagina a su padre ("El Tirano") pedir que a su hijo no le pusieran deberes (y eso que el susodicho tirano sabía hacerlos, sobre todo las redacciones).

Página del Libro de Calificación Escolar (4º curso)

Esta es una faceta, pero hay más. Sigamos adelante. G.U. piensa que establecer reválidas sin cambiar previamente nada del sistema que nos ha llevado a este desastre no soluciona nada, solo lo empeora. A día de hoy, una reválida imparcial, con cara y ojos como las que existían en el denostado franquismo, no la pasaría 'ni Dios' y produciría unos tapones tremendos, con centenares de repetidores sin aula donde meterse, al menos en la enseñanza pública (la que este viejo profesor conoce más).

Por eso se dice que "lo mejor" (?) —y lo que obtendrá menos fracaso escolar (eso seguro)— es lo que se ha inventado hace poco (importado de EEUU), y los pioneros aquí han sido precisamente los jesuitas: la enseñanza por "proyectos colaborativos". Solo se enseña aquello que van necesitando los alumnos cuando realizan un proyecto en equipo: sea el diseño y realización de una mosquitera, o de una macroencuesta de consumo por el barrio del colegio o chuminadas de esas... Lo demás, Dios proveerá. Y lo que no aprendan en el cole, ya lo buscarán en Google. Nada de deberes, claro.

Esto del PP no es lo que era. Parecía que lo de las reválidas era un asunto de Estado para ellos, algo absolutamente irrenunciable y, mira por dónde, donde dije digo digo diego. En el fondo les da igual, a ellos pero no solo a ellos: a todos. La educación es algo con el que todos los políticos se llenan la boca, "es la clave de nuestro futuro como país", "hemos de formar ciudadanos libres" y todas esas milongas, pero a la hora de la verdad ná de ná: cuanto menos críticos sean nuestros ciudadanos del futuro más manipulables serán y más fácilmente comulgarán con ruedas de molino.

Viñeta de JM Nieto (30/11/2016)

El nuevo ministro del ramo empezó su mandato ofreciendo que las reválidas de la ESO ¡fueran optativas! Es díficil intuir qué alumno de esa edad en su sano juicio iba a decir: "profe, ¡yo quiero hacer la reválida!" Un tema de acoso escolar indudable, en el que la palabra empollón sería la más suave, le amargaría la vida de por vida, valga la redundancia, a ese zagal.

Como a esa bobada le han dicho al ministro que nanay, ahora se ha sacado de la manga lo de que solo tenga ¡efectos muestrales! ¡Bingo! Los psicopedagogos están encantados: eso de las encuestas les encanta y en los institutos seleccionarán a los mejores para que pasen ese examen (ya se viene haciendo algo así en muchos casos) y el instituto quedará de puta madre.
En cuanto a la Selectividad ¿a qué quebrantarse más la cerviz? La dejamos como estaba y santas pascuas... ¡Viva el pacto!