jueves, 27 de julio de 2017

Otra galería de arte que baja la persiana


«No es un cierre por vacaciones: Alejandro Sales tira la toalla y se suma a una larga lista de galeristas obligados a dejar un negocio connotado por la pasión por un coctel letal de crisis económica, falta de coleccionistas, presión fiscal y ausencia de incentivos para el mecenazgo y la proyección internacional de las galerías. 

“Barcelona se muere de éxito. La situación de un turismo de perfil bajo ha ido degenerando hasta ser insostenible. La crisis económica sólo ha precipitado un desastre que empezó tras los Juegos Olímpicos. [...] El Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (Macba) 'ha fallado' en su papel vertebrador y ha ninguneado a las galerías barcelonesas”».


Y Artur Ramón, un histórico de la calle de la Paja, cerca de la catedral de Barcelona, que se va lejos de allí.




Y ya que hablamos de arte, del mundo de los galeristas, marchantes y coleccionistas, no dejen de leer esta obra de Stefan Zweig: La colección invisible. En ella, un anciano funcionario que había dedicado su vida a coleccionar grabados de famosos maestros (Rembrandt, Durero, etc.) se queda ciego desde antes de la Primera Guerra Mundial. Acabada la guerra, su mujer y su hija le ocultan la mala situación económica por la que atraviesan, ya que su exigua pensión no les daba para comer.

Entonces ellas empezaron a vender los grabados, y a insertar copias (a veces papeles en blanco) para que el anciano no se diera cuenta, pues todas las tardes cogía sus carpetas y recordaba hasta el último detalle de los grabados, enseñándolos con orgullo y disfrutando como si fueran los originales.

Un marchante de arte le visita para preguntarle sobre su colección (en realidad, pretendía recuperar alguno de los que le había vendido en su día, con el objetivo de surtir de contenido su maltrecho negocio) y se ve envuelto en una piadosa mentira a instancias de la esposa y la hija del anciano para no romper su ilusión.

Y acaba este brevísimo pero maravilloso relato con esta frase: «Me acordé entonces de una frase antigua y muy cierta —creo que es de Goethe, si no me engaño—: "Los coleccionistas son gente feliz"».


En palabras del editor del libro, José J. de Olaeta: «Un relato magistral, perfecto en su concepción y su forma, debido a uno de los escritores europeos que vivieron con mayor intensidad el drama de la historia europea del siglo XX».

Pues ya lo saben: aunque lo pueden encontrar seguramente en internet en archivo pdf o publicado en algún blog, rásquense los bolsillos e inviertan siete euros en él y una horita en leerlo. Está estupendamente editado.

3 comentarios:

  1. OIDoooooooooooooooooooooooooooooooooooooo barra ¡¡¡
    a por él ¡.
    Gracias.
    Salut

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    1. Yo lo encontré en la librería de CaixaForum, con ocasión de la visita a la exposición de De Chirico. Es muy pequeño.

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