Una hora sin pensar en nada no es una hora perdida

Bueno, aquí estamos en Albacete, disfrutando del "dolce far niente", que diría un italiano. En Barcelona, por unas cosas o por otras, Gran Uribe solo dedica a la lectura unos pocos ratos al irse a la cama. Si practica esa actividad a otras horas, no sé, le da la impresión de estar perdiendo el tiempo.
 
El plan aquí es sencillo, para qué vamos a engañarnos: poco madrugar, lectura en la terraza oyendo el piar de los pajarillos, la piscina ya comentada, una siestecilla, más lectura, un paseíto al atardecer por los alrededores, con el skyline de Albacete como fondo...

El skyline de Albacete / [(11/7/2017 — 21:27h.)]
[granuribe50.blogspot.com.es]

Cenita suave, un paseo a la luz de la luna, con olor a heno, canto de grillos y después más lectura. Por lo demás, poca prensa y nula televisión. Y, entre tanto, como dice Clarissa en la novela de Stefan Zweig; «¡Una hora sin pensar en nada! no es una hora perdida».

En efecto, Gran Uribe ha retomado Clarissa, de la que habíamos hablado un par de veces hace unos días, en referencia a los políticos y a los 'peineteros' nacionalismos. Es la última novela que escribió Stefan Zweig y su prosa fluye como el agua limpia y cristalina de un manantial, contándonos de manera sencilla una emocionante historia que gira en torno a la guerra de 1914: prefacio, desarrollo y consecuencias (tristes).

No sean tontos/as: no dejen de leer esta estupenda novela; G.U. cree que les gustará y, además, les dará que pensar.