A las cinco de la tarde de este viernes, el periodista y escritor Gregorio Morán (Oviedo, 1947) ha recibido una llamada de la dirección del periódico La Vanguardia para informarle de que su artículo titulado "Los medios del Movimiento Nacional catalán" no será publicado “por orden de la dirección”, tal y como ha explicado el propio autor. Morán desconoce los motivos por los que su columna Sabatinas intempestivas de mañana es retirada, porque no le han dado más explicaciones al respecto.
Circula por las redes sociales y lo publica hoy íntegro El Periódico de Cataluña, aunque suprimiendo del título la palabra "catalán". Es el siguiente:
Los
medios del Movimiento Nacional catalán
«No
estaba entre mis intenciones escribir sobre la situación en Cataluña. Imaginaba
que un lector habitual estaría ya saturado y poco se podía añadir a lo ya
dicho. Cambié de opinión a partir de varios artículos que me han conmovido y
que parecen exigir cierto grado de compromiso. Basta citar los de Màrius Carol,
de Xavier Vidal-Folch y el sensible y rotundo de Isabel Coixet. No podemos
callar aunque estemos en pleno agobio veraniego y tengamos la sensación de que
vivimos entre camellos pero sin ninguna experiencia de beduinos. Los artículos
son un llamamiento a la responsabilidad y dejan una agridulce sensación de que
estamos en un callejón de difícil salida a la que nos han llevado los talibanes
que nos gobiernan y sus jaleadores, ¡que no supimos desenmascarar a tiempo!
Conozco
a Màrius Carol desde hace años; fuimos amigos durante algún tiempo y luego
dejamos de serlo. Punto. Me es indiferente que sea el director de este
periódico, porque a lo que voy es a que su artículo del sábado —“Turbulencias”— me conmovió y al tiempo me llenó de zozobra. “Cuesta entender lo que está
pasando, dice…Quedan días y veremos más cosas que no sorprenderán al mundo,
pero sí que nos dejarán sin palabras a los catalanes”. No es una amenaza sino
un desconsuelo que pretende aliviar una cita del socorrido Gaziel, que acaba en
una frase inexorable: “El separatismo es una ilusión morbosa que encubre una
absoluta impotencia”.
Escrito
todo esto por quien tiene muchas razones para conocer la situación mejor que
yo, no deja de inquietar y de obligarnos a postergar otros textos para asumir
lo que se nos viene encima. Cuando el tiempo pase, nadie querrá asumir nada, y
repetirán, como en antiguas épocas, “ yo era un disidente al que nadie quería
hacer caso”. Los “nadies” en Cataluña se cuentan por miles y kilos de
desvergüenza. Como en el resto de España, más o menos. Los muchachos de la CUP,
más ignorantes que jóvenes, han cometido una patochada que les define. Un
cartel de Franco para desprestigiar a quienes rechazan el referéndum. No hay dictador
en la historia de España que haya convocado tantos referéndums como Franco y
con un avasallador parecido con este en cuanto a las manipulaciones.
Entre
el pasado sábado y éste ha ocurrido algo sumamente grave, dentro de las
diversas gravedades de un proceso condenado al fracaso. No como dicen los
fantasmas llamándolo “choque de trenes” sino a la ruptura brutal de la sociedad
civil ¡No seamos petulantes, aquí no se trata de un choque de trenes, sino del
enfrentamiento entre un expreso antiguo y apolillado, frente a un tranvía
conducido por reclutas del servicio de transportes! Humildad por favor,
abandonemos de una maldita vez el pujolismo de los delincuentes de altura y
admitamos que somos un tranvía con aspiraciones de tren bala japonés.
Ahora
bien, el cese de Albert Batlle como jefe de los mossos d'Esquadra y su
sustitución por el delincuente legal, Joaquin Forn, –podría llamarse así a
aquel que rompe la legalidad cuando le peta en función de sus intereses
políticos-. Lo hizo en los Juegos Olímpicos del 92; la pitada al Rey; la
campaña “Freedom for Catalunya”…Es decir, que a partir de ahora, quien
controlará los Mossos d'Esquadra es un tipo dentro de toda sospecha, que no
cumplirá la legalidad que no le exijan los ilegales. No quisiera incluir aquí su
amplio currículo como talibán de la barretina.
Estamos
en manos de un personal que bordea la ley, y que lo hace con el ánimo de no
sólo de incumplirla, sino de imponer la suya, que no es otra que ir a la
ruptura y provocar un conflicto no sólo cívico sino violento. Necesitan algún
muerto que sirva de símbolo a la asonada. En ocasiones pienso que estamos
rememorando las guerras carlistas a los que son tan agradecidos gran parte de
estos fanáticos del enfrentamiento. “Un muerto salvaría a Cataluña”, es el lema
escondido entre los conspiradores de esta farsa.
Baste
decir que Artur Mas confiesa a los suyos que llegará el momento oportuno de
ocupar los edificios estratégicos de Barcelona. Seamos serios, con un líder de
mando único como Joaquín Forn, eso obligaría a situaciones sin salida y de alto
riesgo para vidas y haciendas, no sólo para la ciudadanía pastueña que ve el
panorama como si no fuera con ellos.
Nunca
se hizo tan evidente, desde los tiempos del franquismo, el dilema de estar con
el poder o contra el poder. Y aquí entramos los plumillas. Los fondos
destinados a diarios como 'Ara', 'Punt Diari', TV3, que superan Canal Sur de
Andalucía o el canal de Madrid, que ya es decir, cantidades de todos modos
exorbitantes que pagamos todos los ciudadanos, desde Cádiz a Girona, y donde
sobreviven 7 directivos de TV3 con salarios superiores a los 100.000 euros,
podrán parecer una nadería frente a las estafas reiteradas del PP, pero
describen un paisaje. Cobrando eso, ¡cómo no voy a ser independentista! ¡Qué
simples somos cuando decimos que esos medios no los ve ni los lee nadie! Se
equivocan y por eso estamos donde estamos. El columnistatertuliano podrá ser
despreciado, y lo merece, pero crea opinión. En muchos casos es su única fuente
de información. Son los Jiménez Losantos del Movimiento Nacional catalán.
¿Acaso el viejo “Arriba” del franquismo, o 'Pueblo', o las agencias
gubernamentales las leía alguien? Pero estaban ahí, presentes, supurando la
bilis contra el enemigo. Ayer como hoy. Son una especie de diarios virtuales,
anónimos, a los que los idiotas echan una ojeada que les basta para saber por
dónde va la cosa. Perdónenme que eche mano de la memoria, mi pariente más
querida. ¿Se acuerdan del exilio de Joan Manuel Serrat en México durante el
franquismo? ¿Qué cosas venenosas no se dijeron y tanto en los medios de
Barcelona como en los de toda España? ¿Quieren que les haga un repaso de las
cartas al director en la prensa catalana? Por cierto, que entonces esa bazofia
se firmaba; ahora los canallas son anónimos.
Mi
viejo amigo el nacionalista vasco Iñaki Anasagasti inventó el feliz término de
la “Brunete mediática” para designar ese macizo de la raza castizo de la pluma
y la palabra, que embiste contra todo lo que ni le gusta ni entiende. Habría
que recuperar ahora los Nuevos Medios del Movimiento Nacional catalán. Te
crujen por una disidencia, por una opinión que no sea la de las instituciones
corruptas de la Generalitat. ¿Se han fijado en el interés reiterativo en las
fotos de Pujol hecho un pimpollo, como si apenas hubiera salido del juzgado o
de la Generalitat? Un intocable. Casi siciliano, entre Toto Riina y Berlusconi.
Se ha iniciado su recuperación. Los edecanes de antaño reivindican al Padrino.
“¡Hizo tanto por nosotros!” Tanto, tanto que se convirtieron en una familia de
comisionistas.
Gregorio Morán, Los medios del Movimiento Nacional catalán
Ya está, leído y colgado en Tot.
ResponderEliminarVamos adelantando. La censura, el miedo a perder subvenciones...todo juega en contra.
Para mí, un artículo redondo que compendia lo que pensamos muchos y pocos se atreven a firmar. Y, al parecer, con razón, visto el resultado de este. ¿Vuelve la censura? Pues sí, ya la tenemos instalada aquí. O, como apunta Tot Barcelona, es autocensura, por miedo a perder subvenciones. Seguramente será esto último, pero, en todo caso, el camino emprendido no me gusta nada. ¡Por lo menos, dejad hablar contra el referéndum y contra el establishment catalán a los pocos que osan hacerlo!
ResponderEliminarEl Tapir
Estimado EL TAPIR:
ResponderEliminarHa vuelto el miedo. Miedo a todo. A que te encasillen, a perder subvenciones; a que te insulten con anónimos; a perder el trabajo; a que te llamen fascista a pesar de haber corrido delante los grises con la incomodidad y las palizas de Layetana,; a que tu familia te deje de hablar; a que tus amigos se aparten de ti como un apestado; a te tilden de reaccionario...
MIEDO.
¿Porqué unos tienen menos miedo ?. Muy sencillo. Porque están jubilados y no se deben a nada ni a nadie. Porque están hasta los mismos de tanto analfabeto funcional; porque la censura es la misma si se dicta desde la izquierda que desde la derecha; porque hoy ya no existen izquierdas ni derechas, sólo barrigas agradecidas y subvencionistas políticos.
Tenemos un caso flagrante, el de mi buen amigo Lluis Bosch, al que no le han renovado la plaza de maestro en Santa Coloma ¿ o nos hemos olvidado ?.
Nos gobiernan (porque a los de Madrid no los podemos obviar) los últimos de la clase, y nos gobiernan a 10.000 mensuales los niños pijos antisistemas de a CUP, los de antiTampax y los de no pagar la deuda, al estilo Grecia.
No nos gobierna CiU, ni Pdecat, ni ER..no, los votos que hacen válido tanta gilipollez son los de la CUP, los últimos de la clase. Y así estamos, acojonados. Y ellos disfrutan, porque no hay nada tan osado como tener el poder y hacer uso de él sin tener que dar explicaciones.
Salut
Totalmente de acuerdo, Tapir y Tot.
EliminarUna abrazo
También estoy de acuerdo con Tot Barcelona y El tapir. Sobre todo con eso de que los que tienen menos miedo, o no tienen, son jubilados.
EliminarY si me permite completar, Tot Barcelona, ...... no hay nada tan osado como tener el poder y hacer uso de él sin dar explicaciones y sin tener ni idea de nada. MJ