jueves, 6 de julio de 2017

A vueltas con el "buti2"

El chollo de que te prohíban un referéndum



Hoy Gran Uribe ha tenido el placer de hablar telefónicamente con El Tapir, ya saben. Temas varios, el verano y tal, Albacete, el turismo en Ibiza, cuestiones de salud diversas y al final... Pues también lo saben: "¿Cómo se ve lo del buti2 desde Barcelona?".  La verdad es que el  gobierno del Estado lo tiene mal porque no puede permitir lo que ahora se ha autoproclamado (verbalmente) como "Referéndum de autodeterminación", prohibido en nuestra Constitución y en todas las del mundo civilizado (salvo para casos muy excepcionales, como es sabido, y que aquí no se cumplen ni por el forro).

No suele explayarse Gran Uribe en este asunto con alguien que esté en las antípodas pero, como no es el caso, le ha contado su versión —en la que Tapir ha coincidido bastante— y ahora casualmente G.U. ha encontrado unos párrafos de Ignacio Varela que resumen bastante bien su opinión. También le ha predicho a El Tapir, parafraseando al gran  Bruce Springsteen, que "algún día echaremos la vista atrás, y todo esto nos parecerá divertido". Dios le oiga al Boss, porque por el momento de divertido tiene más bien poco este asunto. Mas bien un coñazo del apetecería salir huyendo.

Como decía Gregorio Morán en aquella entrevista que le hizo Jordi Bernal hace unos años: «En el fondo lo que quisieran es echarnos de aquí porque entonces quedaría todo el territorio para ellos. Es una de sus obsesiones: si nos fuéramos todos, sería cojonudo» (sic). Y el referéndum... ¡un exitazo!

Veamos algo de lo que dice Varela en una columna que lleva el título del encabezado:

Urna adquirida en el Servei Estació
«En el preámbulo de la ley que se presentó ayer se afirma que “el derecho de los pueblos a la autodeterminación es el primero de los derechos humanos”. ¿De verdad? El disparate es monumental, pero está bien que vaya aclarándose lo que piensan algunos sobre los derechos humanos.

Ellos son los que mejor saben que no habrá ningún referéndum en Cataluña el 1 de octubre. Y no solo lo asumen, sino que les parece bien. Hace tiempo que los más despejados de entre ellos llegaron a la conclusión de que lo mejor para sus intereses es que millones de catalanes queden frustrados por no poder votar. Siempre y cuando se llegue a ese punto tras una traumática escalada de la tensión que les permita explotar al máximo esa frustración.

En realidad, si por un despiste del Estado se llegara a celebrar algo parecido a un referéndum, sería un quebradero de cabeza para los dirigentes independentistas. 

Primero, porque deberían hacer frente a un resultado diabólico: una mayoría búlgara de votos a favor de la secesión, pero que representarían apenas a un tercio de los catalanes mayores de edad.

Segundo —y esto es lo más enojoso— porque no tendrían otro remedio que declarar la independencia. Y al día siguiente, ¿qué?

¿Empezaría a funcionar armónicamente la flamante República Catalana, el Estado español se retiraría discreta y pacíficamente a la otra orilla del Ebro, los partidos que se negaron a participar en el referéndum aceptarían sumisamente una situación que no reconocen, los países europeos se apresurarían a abrir embajadas en Barcelona? ¿O más bien entraríamos en una pesadilla económica e institucional para despertar sentados a una mesa, pidiendo árnica para arreglar dignamente el estropicio y teniendo que admitir que todo fue un enorme engaño?» [...]




P.D. También está bastante de acuerdo con esta manera de enfocar el asunto por parte de Enric Hernàndez, el director de EL PERIÓDICO, en su columna Votar 'sí', votar 'no', no votar:

«Descontada la afluencia a las urnas de los convencidos, paradójicamente lo que realmente necesita el independentismo es que voten los detractores de la secesión, para así dotar de pátina democrática al pretendido referéndum.[...]

¿Qué incentivos tienen para votar 'no' los catalanes reacios o contrarios a la independencia? Pocos, apenas ninguno. De ahí que el oficialismo secesionista alardee de “dar miedo”: quiere convencer a los no independentistas de que con su abstención abrirían la puerta a la independencia.

Como admiten cada vez más voces del PDECat, el Govern está en un callejón sin salida: finge preparar un referéndum, pero en verdad espera que el Estado lo aborte para sacar las huestes a la calle y ceder el testigo a entidades privadas. Que, por enésima vez, apelarán al “voto de tu vida”».

2 comentarios:

  1. El resultado, de momento, G.U. es que tocan lo que suenan cotidianamente. Y que piden imposibles, y que lo único que les es rentable es que cada mes les caen 6.000 del ala uno por otro.
    Y todos saben que es una estafa de trileros retóricos. Todos lo saben, pero ¿quién se queda sin momio ?
    Mientras, los hijos y toda la parentela de los que prendieron mecha (Pujol, Prenafetas, Alaavedras, Millet, Puig, Homs, Cullets, Molins......) haciendo números y disimulando, con sus cuentas corrientes a buen recaudo.

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