El sempiterno presidente de la Federación Española de Fútbol, el señor Angelo Maria Villarone, fue conocido en su oscura época de futbolista del Atlético de Bilbao com "Joe King Villar" por el famoso puñetazo que propinó a Cruyff en la nariz en 1974; ese fue el punto álgido de su carrera. Por desgracia, no estaba por entonces nuestro ministro plenipotenciario CocoLiso Romeva para denunciarlo en Bruselas, como hizo cuando un jugador del Madrit (Pepe) le pisó el pie a Messi.
Por aquella época, Ángel María Villar era un tipo modesto que no tenía reparo en reconocer sus evidentes limitaciones futbolísticas. Y, por su parte, el inolvidable Cruyff era buen tío y le perdonó la vida porque, según dijo, "es joven".
El caso es que ese sujeto, cuando dejó el fútbol, estudió Derecho y se propuso llegar a dirigente y lo consiguió, ¡vaya si lo consiguió!: 29 años en la poltrona; también fue vicepresidente de la FIFA. Durante ese período, todo indica que se ha dedicado a hacer todo tipo de chanchullos y mangancias de gran calibre. En realidad, era un secreto a voces. Por eso le dedicamos una entrada en este blog hace un par de años titulada "La FIFA: Alí Babá y los 40 ladrones" y la Sexta un programa del "Equipo de Investigación" de Gloria Serra.
Como ya hablamos entonces de algunos de sus oscuros tejemanejes no incidiremos ahora en ellos, aunque lo de los niños de Haití no lo sabíamos. La prensa se ocupa de ello ampliamente. También ignorábamos hasta ahora que su hijo Gorka fuera el clásico ejemplo del dicho que reza: "de tal palo tal astilla". Pasa hasta en las mejores famiglias...
Gran Uribe fue —como es de sobra conocido— un futbolista de cierto postín y también de mayor calidad que Villar: deportiva y humana. Este modesto bloguero os puede asegurar que no ha robado "un p*** duro"
["No tenim ni un duro" (Marta Ferrusola dixit) o "No tengo un euro, tengo todo embargado" (Blesa —QEPD— dixit)].
Y ya que hablamos de Blesa, G.U. suscribe plenamente estas palabras de Luz Sánchez Mellado en su columna titulada Relato suicida:
[...]«Choca que el difunto tomara la decisión justo ahora, cuando llevaba meses condenado y le quedaban años para volver a chirona. Cuando, pese al desprecio de sus pares y el embargo de sus bienes, tampoco estaba en la indigencia social y económica. ¿Por qué, papá?, preguntaría un mocoso.
¿Cuál fue el detonante de Blesa? ¿Un disgusto amoroso, unas pruebas aciagas, un ataque de honor, un ahí te quedas, mundo amargo, y los demás que arreen? Qué sabe nadie qué piensa uno en el instante supremo en el que decide sobre su vida, aunque sea quitársela y dejarles el muerto a los suyos. Ante eso solo cabe el respeto. Ahí va el mío»
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Hay que ver qué elementos (por decirlo suave).
ResponderEliminarLo mejor que hizo Villar en su vida deportiva fue el puñetazo a a Cruiff. Después se lo montó mucho mejor...
ResponderEliminarEl Tapir
Sí, tiene usted razón. Es cierto que Cruyff era buen tío y un gran jugador, pero un poco chinche también, y creo que estuvo tocándole las narices a Villar hasta que recibió el puñetazo en la suya propia.
EliminarSí, algo así debió ser. Cruyff era un grandísimo jugador, pero también un tocapelotas de mucho cuidado. Y Villar, hombre al que creíamos con pocas luces -pero que alguna debía tener para aguantar tantos años en el cargo y forrarse como lo hizo- no pudo aguantarlo, y zas, estos son mis argumentos...
EliminarEl Tapir