jueves, 27 de julio de 2017

Lérida: caracoles, democracia y libertad


Vamos a poner en contexto este texto que figura en la imagen.

Esto es un sinvivir en esta p*** ciudad con lo del procés, y es de suponer que en otras zonas menos cosmopolitas será un poco peor. Quizá por eso, Gran Uribe se va a las Baleares unos días con ánimo de "desconectar", aunque parece ser que allí  también se están colocando en el listado de naciones del Estado Plurinacional que pregona muy ufano el resucitado Sánchez. Y es por eso que hoy se ha dedicado a preparar la maletita para Ibiza, un destino mágico donde los haya —como saben ustedes— y donde estos asuntos resbalan un poco tangencialmente. Una isla mágica (?) que en estas fechas ofrece sus mejores prestaciones, según mucha gente, como también saben.

Pero luchando, a la par, con un nuevo telefonino celular (un tema de obsolescencia programada, tal vez), que te asaeta con mensajes del estilo PERMITIR —ACEPTAR de cosas de las que uno no tiene pajolera idea de qué c****** se trata. Eso es un horror. En resumen: Gran Uribe odia los teléfonos móviles inteligentes, sobre todo los de última generación.

Y, hablando de horrores, lidiaremos mañana en: un aeropuerto que detesta (Terminal 1 de BCN), con unas colas que se intuyen kilométricas (un tema de demandas laborales del personal de control), con una huelga de taxis que no se sabe si acaba hoy o continúa mañana, etc. En fin, mejor no seguir. Uno no quisiera agobiar a sus seguidores (y seguidoras, ojo).




Por eso, conviene un poco de relax, y ahora volvemos a lo del principio.

Como a Gran Uribe le gustaban mucho (antes) los caracoles y ahora no sabe (todavía) lo que es democracia y libertad, ha pensado que era un buen momento para acudir a Lleida (Lérida, para entendernos), zamparse en agradable compañía unos buenos cargols a la brasa (una especialidad local) y, por la tarde, enterarse un poco del asunto que mueven esos dos zascandiles. Lo del cargols (caracoles), bien, pero la charla, ¡hum! mejor no sigamos.

Por la mañana, unos caracoles con dos fanáticos y un experto / Por la tarde, con dos fanáticos, pero a palo seco y sin caracoles

Por cierto: un abrazo para Gregorio Morán, un tipo con carácter que no se amilana así como así...

6 comentarios:

  1. Cuando ud habla de caracoles me confunde. No se a quien se refiere.
    Salut

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  2. ¿Por qué en el poster de la derecha Tardà tiene una peluca negra y el bigote también? Pues que conste que no le queda nada bien. MJ

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  3. Yo también soy fan de los caracoles. Los mejores (después de los que hacía mi madre, por supuesto) los he comido en Cataluña, en el Molí de la Escala, en Ampurias. Un platazo muy generoso y con todos los caracoles con la cabeza fuera (me da rabia que se me quede medio caracol dentro). Un festín que he de repetir cuando vuelva a tierras gerundenses.

    De Otegi, qué decir. Con recordar que fue secuestrador creo que es suficiente.

    Mateo M.

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    Respuestas
    1. Cuando vuelva a Gerona, no olvide llevar el pasaporte en regla.
      De Otegi, mejor no hablar. Con lo que usted dice es más que suficiente.

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    2. Esperemos que el pasaporte no sea necesario. Considero esa tierra, para mí la mar de interesante, como parte de la mía, y no solo por los caracoles o el pa amb tomàquet disputándole al huevo frito la cima de la comida popular mundial. Sant Pere de Rodes, Montserrat, Cadaqués(en Port Lligat mi hijo tocó por primera vez el mar con cuatro meses, en un punto representado en varios cuadros del maestro ampurdanés), Fiqueras, Pals, Cervera, Reus, Cornudella, Santes Creus, Poblet, Montblanc, Sitges, Castelldefels, Prades, Tortosa, Salou, la zona de la batalla del Ebro, Manresa, Perelada, Ampurias, Sant Feliu de Guixols, Tossa, Vich, Valls, Vilanova y la Geltrú, las cuatro capitales (todas en más de una ocasión) y otros sitios que a bote pronto no me han salido en este apresurado inventario, son lugares que he visitado con mi mujer, donde he comido (muy bien) y he disfrutado un poquito de la vida, con ese aroma trufado de tierras labradas, brisa mediterránea y calles Mayores que te transportan a otros tiempos. Sería injusto hacerme sentir extranjero allí y por eso a los que lo están intentando les tengo tan poco aprecio.
      Mateo M.

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    3. Eso me pasaba a mí. Conozco y aprecio casi todos los lugares que menciona. Pero, si quiere que le diga la verdad, salvo Barcelona, más aireada pese a la contaminación, todos los demás han cogido un tufillo bastante desagradable, impulsado por los políticos y políticos y organizaciones afines, que me provoca cierto repelo acercarme por allí. Bueno, a ver si se tranquiliza el asunto (va a ser que no)...

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