Edvard Munch / granuribe50 |
El caso es que "El grito" la trabajó G.U. con sus alumnos de diferentes maneras, que si versión Warhol, con diferentes gamas de color, que si versión realista, que si carboncillo, que si esto y que si lo otro. Lo que nunca pudo imaginar, y no hace tanto tiempo de esto, es que ese cielo se podía tratar de otras maneras. En este caso... ¡cielos, una estelada! Si lo hubiera hecho entonces... ahora quizá sería conseller de algo. Hay muchas versiones de esta obra (quizá cincuenta), y su éxito radica en que nos confronta con el dolor y la soledad del ser humano en una naturaleza que no consuela, sino que recoge el grito y lo arrastra por la amplia ensenada hasta el cielo teñido de rojo sangre. Mal asunto.
Bueno, bueno, no inquietarse: consuela pensar que aquellos psicoanalistas que demandaba en su día Julio Caro Baroja (refiriéndose al País Vasco), adaptado para la ocasión por Ignacio Vidal-Folch, empiezan a llegar, y buena falta que nos hacen a todos, sobre todo a los sujetos (se llaman políticos, pero no lo son) que gobiernan esto, pero también a los demás. Han quedado alucinados, los pobres. En su carrera profesional no se habían encontrado nada igual.
Esto es lo que ve Liniers. Miren, miren, pasen y vean cómo está el patio:
Liniers, Macanudo, EL PAÍS SEMANAL (23/7/2017) |
Bueno, aunque provoquen escándalo, los "procesistas" siguen sin variar su "full de ruta". Ahora ya van por haber aprobado la ley esa exprés en el Parlament que permite la secesión en horas. ¡Qué cruz! MJ
ResponderEliminarSe me olvidaba. En el vermutet no hacen falta psiquiatras. Acabo de volver. MJ
EliminarA ver si tengo que acercarme por allí definitivamente. Por aquí no hay gabinetes psicológicos especializados en "Síndromes de angustia provocados por el procés".
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