Empecinado en hundir —amb il.lusió— todo lo que toca, desde la empresa de ascensores de papá a la de curtidos de los excelsos Prenafeta, pasando por la federación CiU, el nacionalismo moderado, la tradicional unidad cívica de la ciudadanía catalana, el universalismo de la senyera por la que tantos sufrieron, el imperio de la ley, la capacidad catalana de atraer empresas en vez de expulsarlas y hasta su propio partido, Sansón Mas se afana si conviene en explosionar lo que queda en pie de la Generalitat tras sus medios mandatos, de los que nada quedará, porque nada hizo ni emprendió ni propuso, más allá del agit-prop callejero.
El oficio de payaso y los demás circenses son cosa solvente. Consagrados por pintores como los catalanes Josep Amat y Francesc Serra, han dado excelentes artistas como el catalán Charlie Rivel. Ninguno de ellos perpetraría esa payasada. Ellos jamás se reirían ni de su oficio ni de su patria. Gente seria».
Xavier Vidal-Folch, Payasadas
Realmente, ésta no es gente seria / [granuribe50.blogspot.com.es] |
Enlace: La resolución es solo un “deseo”
Jejejejeje...vaya varapalo. He disfrutado malignamente leyéndolo mientras desayunaba. Rabiarán los separatas, que le tienen un odio africano, y con razón, porque les sacude a modo cada vez que se le presenta la ocasión. Voy a leérmelo de nuevo porque me recreo en lo que me hubiera gustado escribir a mí, si supiera hacerlo como él.
ResponderEliminarnvts
Chapeau, Sr. Vidal-Folch. Pero yo, además, de algo estoy absolutamente convencida y es de que es tonto. Los tontos también consiguen cosas. Es que ahora ya se le ve el plumero un montón, y eso a un listo no le pasaría. Los cuatro presidentes, dónde se habrá visto. ¿Cómo se le ha ocurrido algo semejante? ¿Para distraer la atención, mientras va pasando el rato? ¡Qué paciencia tenemos! Ahora, además, el bochorno del ridículo más espantoso. Resulta que lo del Parlament sólo fue un deseo. ¿Por qué no un antojo? MJ
ResponderEliminarEste tío ha quedado ridiculizado del todo, por si no lo estuviera ya bastante. Tenemos paciencia, en efecto, pero ¿qué otra cosa podemos tener, ya que nada podemos hacer?
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