Se trata de un breve fragmento de L´orgia, uno de esos bodrios que firmaba tan ufano el idolatrado (por aquí) Francesc Bellmunt, un verdadero maleta. La gracia era que allí todo dios —y no solo Puigcorbé— se pasaba casi toda la película en pelota picada, algo a la sazón muy en boga.
El hombre se vino arriba pero, como aquí solo surgían encargos de medio pelo, se fue a "hacer las américas" al execrable Madrit. Amparándose en la mediocridad general y después de hacer cursillos para quitarse el acento catalán fue consiguiendo bastantes papeles, incluso haciendo doblajes. Pero el hombre parece ser que estaba un poco endiosado, empezó a caer gordo en todas partes y su teléfono dejó de sonar, como nos explicaba Ramón de España. Así que decidió volverse, como los "indianos".
Pero la única manera de encontrar trabajo por aquí es subirse al carro del procés porque si no... no te comes una rosca. Ese sujeto, que no es nada tonto aunque lo parezca, se ha dado cuenta rápidamente de qué iba el asunto. Subido ahora a la chepa de Alfred Bosch, candidato de ERC, ha conseguido —gracias al pacto cuatripartito— lo que pretendía: una silla, una nómina y una flamante banda, probablemente su viejo sueño de juventud.
Y ahora le tenemos de flamante concejal, se supone que ¡de Cultura!, con un sueldo fijo —aunque menor de lo previsto si Colau cumple sus proclamas— y con posibilidad de tener encargos por un tubo. La jugada le ha salido redonda. Enhorabuena, Puigcorbé!
Ada Colau me recuerda a la estatua de la libertad, o aquella que suprimieron en el Cinc d´Oros, todavía no comprendo por qué. Uno de los papeles de Puigcorbé fue de capitán en una peli que trataba de unos cursillos para modernizar oficiales que impartía el ejército. Ya apuntaba maneras, el hombre. Estos días no doy abasto con las cosas extrañas que se suceden a velocidad de vértigo.
ResponderEliminarnvts
Recuerdo bien aquella película, creo que de Armiñán, que sin ser nada del otro mundo, logró arrancarme alguna que otra carcajada: ¡nos conformábamos con poco! Una de las cosa que me gustaban de las películas de Armiñán era la elección de los apellidos de sus protagonistas, como el comandante Barbadillo y otros. No sé qué tal le sentará a Puigcorbé el uniforme de coronel del ejército catalán. Ahí tendrá que dejarse asesorar por Mikimoto, que de estas gilipolleces entiende mucho...
EliminarEl Tapir
Sí, en efecto, recuerda a las dos estatuas que usted cita. La estatua de Marés (un escultor excelente) del Cinc d´Oros fue retirada por no sé qué, algo relativo al franquismo. Si vamos a eso la estatua de Trajano del Capitolio en Roma habría que retirarla inmediatamente, por imperialista e invasor, y tantas otras que circulan por allá y acullá. Media historia del arte se iría a tomar viento si nos venimos con esas. La historia es la historia y conviene respetarla, y el arte que produce, también, aunque no nos guste quién lo encargó.
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