¡Ojo!: "El Enigmista" nos espía

No quisiera dejar pasar el día Gran Uribe sin hacer mención a un sujeto que trabaja en TV3 y que sería digno émulo del inolvidable capitán Gerd Wiesler, aquel competente y esforzado oficial del servicio de inteligencia y espionaje de la Stasi en La vida de los otros, una gran película por cierto.

El pelotilla Màrius Serra —llamado "El Enigmista", porque fabrica bastantes adivinanzas para los diarios— se dedica a espiar a gente no independentista y, en lugar de dejarlo grabado en un magnetofón, prefiere piar como un pajarillo a sus seguidores vía twitter escribiendo lo que está escuchando de incógnito, y éstos le aplauden la gracia. Es una estimulante actividad la del tal Màrius y sus seguidores, sin duda.

Su última víctima conocida es Ferran Toutain, escritor y traductor de cierto prestigio, que fue uno de los miembros fundadores de Ciutadans (C´s), aunque luego abandonara esa formación.

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Ferran Monegal se refería ayer a este tipo de llepaculs de TV3 (modelo Màrius y algún otro, por ejemplo ese graciosillo llamado Masferrer que hablaba de sarnosos de merda, se supone que refiriéndose als espanyols). Monegal —a quien nadie podrá tachar de españolista, desde luego— emplea los eufemismos para hablar en estos términos en una entrevista:
«Las salidas de tono de una criatura que trabaja en una burbuja televisiva concreta intentan mimetizar lo que él cree que es la tendencia de esa burbuja. Es la mimetización de las propias criaturas que creen que así aseguran su puesto de trabajo, y se transforman en más papistas que el Papa. Esto es tremendo».

Enlace: "TV3 se ha transformado en una maquinaria de agitación y propaganda"

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Bueno, al grano. El susodicho Ferran Toutain se ha enterado del asunto y ha estado bastante discreto, porque otro en su lugar hubiera acudido inmediatamente al juzgado de guardia. Hoy nos contaba en EL PAÍS este triste episodio así:

«Màrius Serra, escritor, animador cultural y colaborador de diversos medios públicos, estaba el pasado martes sentado en la terraza de una cafetería de Barcelona. Yo me encontraba en una mesa contigua, charlando con la editora Miriam Tey. 

Como soy bastante despistado, no advertí la sigilosa presencia de El Enigmista, como se le llama a veces por su condición de creador de adivinanzas y crucigramas; de haberlo hecho, me habría levantado a saludarle, pues hace años que nos conocemos. Él sí me vio, pero no me saludó; me observó, me escuchó, y tomó nota de los comentarios que lograron captar sus antenas. 

Poco después de abandonar la cafetería, me avisan de que Màrius Serra está hablando de mí en Twitter, y descubro con asombro que ha colgado una fotografía en la que aparezco junto a Miriam Tey y que ha reproducido algunas frases de mi conversación privada. 

Las frases que me atribuye El Enigmista están sacadas de contexto, y ni siquiera son literales, pero eso carece de importancia: él las reproduce para señalarme con el dedo, para que las autoridades competentes completen sus fichas y el populacho que les obedece sepa a quién tiene que dirigir sus queridos odios. 

Por otro lado, que esas frases, que no tienen nada de particular, sean leídas como un alarde de victimismo antinacionalista y una ofensa a los catalanes para escándalo de la tropa secesionista revela a qué abismos de paranoia, estupidez y autoritarismo se ha visto conducida esta sociedad en los últimos años. Màrius Serra ha sido uno de sus pastorcillos».[...]

Pues en esas estamos por estos lares, carísimos hermanos. Ojo con lo que decís por ahí. Hay espías sueltos estilo Màrius.

Enlace: El espía y su altavoz