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| Encuentro en O´Cebreiro con el fraile Quintela |
Se le ve un poco estropeado, con bastante mala pinta, los días pasan, la barba ya va creciendo más de lo aconsejable y el cansancio aumenta; por eso agrada llegar a un lugar tan tranquilo como O´Cebreiro, al que parece ser que ha retornado felizmente el fraile Quintela, acusado —quizá injustamente—de beneficiarse de las adolescentes del lugar y, también, de algún que otro subnormal de la comarca. Además, solía apropiarse del dinero del cepillo de la iglesia. Se dice que cubría con esos billetes sus genitales y los de las menores y se fotografiaba mientras tenían sexo. Muy edificante, sin duda.
No es descartable que, vista la falta de plazas hoteleras, ese fraile haya decidido —como aconseja el evangelio— ejercer la caridad cristiana procurando alojamiento al sufrido Tapir en la rectoría, esa que se intuye al fondo de la fotografía.
¡Ándese con ojo, Tapir! En fin, esperemos que no haya problemas imprevistos.
¡Ándese con ojo, Tapir! En fin, esperemos que no haya problemas imprevistos.
La verdad es que sí, bastante mala pinta, y más con ese pajarraco detrás. ¿No puede rescatárnoslo de allí, Uribe?
ResponderEliminarEsta sí que parece una escena de "El séptimo sello", solo que en colores. Ese fraile da pavor.
ResponderEliminarEl cura Quintela ha ensuciado, si bien involuntariamente, la figura de un predecesor suyo, el gran cura de O Cebreiro Elias Valinya, sin cuyas iniciativas y denodados esfuerzos, el camino de Santiago no seria lo que es hoy y miles de peregrinos andarian dando vueltas porestos parajes, como ninos perdidos en el bosque (El Tapir entre ellos). Gracias, Elias Valinya!
ResponderEliminarEl Tapir