"En un escritor no se fijarán; no somos nadie"

La Fiscalía acusa a Ildefonso Falcones de defraudar 1,4 millones a Hacienda

Esto es un sinvivir. Ayer hablábamos de la directora de la Alhambra y hoy, por desgracia, tenemos que referirnos a un escritor de mucha nombradía por la cantidad de libros que vende: Ildefonso Falcones de Sierra (Barcelona, 1959). De él se llegó a decir en algún momento que su primera novela —La catedral del mar — la había escrito ayudado por un total de once "negros", algo que desmintió rotundamente, faltaría más. Son muchos "negros", la verdad.

Para desmentirlo, el autor afirma que tardó cuatro años en escribirlo, una hora durante las mañanas, antes de ir al trabajo y a su regreso por la noche. En cualquier caso, un tiempo bien invertido, ya que lleva vendidos unos siete millones de libros. Se trata del primo de un primo de Gran Uribe al que sin duda le han ido bien las cosas, por lo menos hasta ahora... En base a eso, quizá se le podría dar un sustancioso sablazo algún día y tal vez no sería el primero que hubiera recibido.

Dice EL PAÍS:

“En un escritor no se fijarán; no somos nadie”. El argumento podría ser el de uno de sus personajes ambientados en la España donde “escribir es llorar” y habría funcionado como camuflaje para la mayoría de sus colegas. Pero no para él. Sin embargo, es el que utilizó él mismo, Ildefonso Falcones, para defenderse ante los que le avisaban del peligro de que Hacienda descubriera sus maniobras de ingeniería fiscal para evitar el millonario pago de los derechos de autor de sus reconocidos best-seller, como "La catedral del mar".

Ildefonso Falcones retratado junto a un familiar en el barrio gótico de Barcelona, escenario de algunas de sus novelas

»Y como en los libros del género del que se ha dado en llamar el Ken Follet español, al final la trama ha quedado al desnudo: la Fiscalía de Barcelona se ha querellado contra el autor por defraudar casi 1,5 millones de euros a Hacienda. El ministerio público le acusa de tres delitos contra la hacienda pública cometidos entre 2009 y 2011. 
Falcones “transmitió los derechos de autor” de sus obras a empresas ubicadas en el extranjero, según la querella, lo que le permitió eludir el pago de impuestos. La querella también se dirige contra su mujer, María Carmen Rosich, y contra su hermano, Rafael Falcones».

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