Julián Marías nació hoy hace cien años. Un filósofo y humanista excelente, que fue maltratado por el franquismo y también por la izquierda, quizá en este último caso por ser católico y no haberse exiliado. Estos aspectos puntuaban —y puntúan—muy negativamente en ciertos ámbitos. Uribe recuerda como si fuera ahora el ninguneo injusto al que fue sometido en aquellos años a diestro y siniestro.
Javier Marías, poco aficionado a los masajes y al peloteo, nos habla de él en un gran artículo de su blog.
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Julián Marías y su hijo Javier en 1994, ochenta aniversario de Julián |
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Pero en fin, también sería raro y feo que en estos días no dijera ni una palabra, así que ustedes me perdonarán la leve evocación: es más porque no se diga que por otro motivo. Una vez concluidas las vidas, las mira uno en perspectiva, dentro de lo que cabe (siempre le faltarán muchos datos). Y en el conjunto de la de mi padre veo a un hombre enormemente trabajador, optimista e ingenuo. Escribió montones de libros y artículos, tradujo, viajó por medio mundo dando cursos y conferencias, y en todo solía poner confianza y entusiasmo, y esto último bien se lo envidio, lo mismo que sus saberes monumentales, que nos llevaron a mis hermanos y a mí, cuando éramos niños o muy jóvenes, a preguntarle sobre cualquier asunto. Él se impacientaba a veces y respondía: “Pero ¿qué os creéis, que soy un diccionario andante?” La verdad es que lo era bastante, y una enciclopedia, y una gramática, y una historia universal, y un diccionario de cinco lenguas, además del castellano. Su capacidad personal aparte, es obvio que la enseñanza de 1914 y décadas posteriores era muy superior a la de estas últimas. Su optimismo le permitió sin duda sobreponerse a varias calamidades y desgracias, a la Guerra en la que fue soldado de la República, a las represalias franquistas que le impidieron enseñar en la Universidad, a la temprana muerte de un hijo, a la de su mujer, a la frialdad y el desdén –también hostilidad– con que fue tratado en su país a menudo, primero por la derecha y después por la izquierda. En ocasiones lo vi dolido por eso, pero nunca desalentado ni resentido: lo salvaba el incorregible optimismo, creía que todo era susceptible de mejora y que él podía contribuir a ella".
Fruto de la conversación con sus hijos (Miguel, Fernando, Javier, Álvaro) ha surgido este evocador artículo de Juan Cruz en EL PAÍS de hoy. En él, Javier nos cuenta: "Con su permiso le atribuí el personaje de Juan Deza, en Tu rostro mañana… Ahí se narra la delación de que fue objeto, a él no le gustó que yo nombrara al delator…"
Artículo publicado hoy en el diario "El Comercio": http://blog.elcomercio.es/desde-el-bajo-narcea/2014/06/17/en-el-centenario-de-julian-marias/
ResponderEliminarBuen artículo sobre la figura de Julián Marías. Lo voy a incorporar en forma de enlace. Muy agradecido.
EliminarFue ninguneado, desde luego. Pero le conocíamos, y le respetábamos. No sé si ese es el mejor reconocimiento. Yo diría que sí.
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