jueves, 22 de marzo de 2018

¡Qué peligro tienen los ataques de ira!

Como casi cada día se celebra el día mundial de algo, ayer fue el "Día mundial de los bosques" y también el "Día mundial de la poesía". Es por ello que escogemos la obra de Janet Lewis, porque además de excelente poetisa, su obra novelada solo puede estar escrita por alguien muy enraizado en el mundo de la poesía, como es el caso. Vamos a ello.

Y como lo prometido es deuda (salvo para políticos y demás gente de mal vivir), hablemos un poco del último libro que ha leído este bloguero. Se trata de El juicio de Sören Qvist:

Esta novela se refiere a un juicio legendario que tuvo lugar en la Dinamarca del XVII, acerca de un pastor protestante ajusticiado con pruebas falsas. En unas páginas muy buenas, las iniciales, se nos describe cómo un mendigo irrumpe en una aldea para reclamar la herencia de su hermano, ya fallecido (un auténtico cabronazo, con perdón). Pero ha estado ausente de su tierra durante muchos años y, como es normal, nadie recuerda exactamente su cara ni sus rasgos (no existían los móviles para retratarse, claro).

La autora, Janet Lewis (1899-1998), expone en los cinco primeros capítulos (excelentes, en la modesta opinión de G.U)) el tiempo presente, con la llegada del mendigo al pueblo, para, a partir de entonces, en plan flash back, volver al pasado, cuando se produjeron los hechos.

Dice César Pérez Gracia, en una crítica que titula "Janet Lewis, la ira del pastor":

«Leer a Janet Lewis es una verdadera delicia. Da igual lo que cuente, cada detalle del paisaje, cada personaje fugaz o secundario, alcanza una relevancia inesperada. No hay tiempos muertos en su narración, cada frase, cada página, cada palabra alcanza una plenitud natural, nada forzada, como si todo fluyese como el agua clara y luminosa de un arroyo de montaña. Y sin embargo, esa Arcadia de Jutlandia, la península de Dinamarca, entre Suecia y Hamburgo, súbitamente se transforma en un aquelarre, en un cuento terrorífico, en una insoportable pesadilla».

G.U. está de acuerdo con ese párrafo. Es una literatura cristalina, que fluye limpia, en un ambiente que a ratos a uno le recuerda a determinadas películas de Ingmar Bergman, tipo "El séptimo sello", por ejemplo. En buena medida, la "gracia" de la novela reside en contarnos la peculiar batalla de una buenísima persona, un pastor protestante, contra su talón de Aquiles, los ataques de ira que le acometen de vez en cuando. Como es hombre religioso y muy responsable, prepara sus sermones dominicales teniendo como frontispicio en su mesa de trabajo ciertos textos bíblicos. En su caso:

Janet Lewis, El juicio de Sören Qvist, Reino de Redonda (2017), pág 103
Pero al pastor Soren Qvist, le sacan de quicio dos hermanos realmente diabólicos, y el tener tan presente esos textos no le vale de mucho, de tal modo que esos dos sujetos acabarán por conducirlo a los límites mismos de la demencia teológica y al cadalso, tras un juicio que se intuye injusto, sentenciado por el juez que, precisamente, está prometido con la hija del pastor.


5 comentarios:

  1. ¿Spoiler, G.U.? De todos modos pienso leerlo. Muchas gracias. MJ

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    Respuestas
    1. Creo que se escribe así. Desvelar una detalle importante de una historia.

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    2. Para una vez que pongo una palabreja de esas que critica Álex Grijelmo...

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    3. No desvelamos nada, porque desde la página 1 se sabe cómo acabará el iracundo pastor. Lo importante es el proceso que conduce a ese final.

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