Entre canallas anda el juego

Salvador Oliva nos provoca de nuevo...

Salvador Oliva, Provocacions, Història de canalles / Quadern (8/3(2018)

Historia de canallas «Mucha gente me pregunta a menudo cómo es que los independentistas han conseguido reunir a casi un cincuenta por ciento (ahora ya menos) de la población. Mi respuesta es siempre la misma: si Hitler, que era una mala bestia, consiguió arrastrar a toda una nación excitando el egoísmo colectivo con una propaganda muy eficiente, aquí a los líderes independentistas, que no son malas bestias, sino simplemente unos insensatos, todavía les es más fácil arrastrar a los ciudadanos usando el mismo método, y todavía más fácil, gracias a los constantes errores del Partido Popular. Pero hay todavía una pregunta más interesante. Si el Estado Español derrotó a ETA, que tenía armas y asesinaba a inocentes, cómo es que no cabe en la cabeza de los independentistas, que no han asesinado a nadie, que el Estado tiene todavía más capacidad para derrotarlos? De hecho, los líderes de la independencia saben perfectamente que no se saldrán con la suya. Y si, a pesar de saberlo, se empeñan en eso, puede haber dos explicaciones: o han enloquecido, como es el caso de Puigdemont, o son totalmente lúcidos, como es el caso de la mayoría de los demás. Lo que ocurre es que su lucidez les impulsa a seguir mintiendo y engañando a la buena gente, sobre todo a la de las zonas rurales, para conservar el poder, que es lo que les permitirá hacer lo que siempre había hecho Convergencia: negocios y justificaciones hipócritas. Creo que no me equivoco, porque ahora ya sabemos qué obstaculo les impide formar gobierno: es la lucha secreta entre ellos para controlar los medios de comunicación, en los que tienen a unos jefes obedientes gracias a sus sueldos estratosféricos. Éstos son los especialistas de la manipulación. Es gracias a estos medios como ganan las elecciones, colocan a parientes y amiguetes y continúan haciendo sus negocios enarbolando la bandera como reclamo. El objetivo, por tanto, es "líala todo lo que puedas", a pesar de que saben que hay personas que han muerto (y otras que pueden morir) mientras esperan poder entrar en el quirófano. El independentismo, por tanto, también puede matar. ¿A qué esperan entonces para formar gobierno y hacer que la sanidad funcione? La respuesta es fácil: esperan a saber con qué se queda cada uno. Personalmente, yo tengo un total respeto hacia todas las personas que llevan el lacito amarillo. La independencia es una posición totalmente legítima. Pero no tengo ningún respeto a sus líderes tramposos. Creo que ellos no deberían llevar el lacito amarillo. Si quisieran ser sinceros, tendrían que llevar dos brazaletes: el primero, a la izquierda, con el símbolo del dólar. Y el segundo, a la derecha, con una cruz gamada, pero como no son nazis, no lo tendrían que llevar de color rojo y negro sino con los colores de la bandera catalana. Incluso hasta harían gracia. Y, además, parecerían lo que son: unos canallas».

Así interpreta la prensa del Règim el vapuleo de los empresarios alemanes a Torrent: