No se inquieten ustedes. Gran Uribe no hablará de los nuevos presos ni de la nueva fugitiva, y van... La justicia es la justicia, y los que infringen las leyes deben ir al trullo, como afirmaba de nuevo ayer el señor Jacobi (aquel enfadado sujeto del Círculo Ecuestre ante el costurero Torrent). En Alemania no entienden otra cosa. Las leyes se han de cumplir, y el juez hace bien (en opinión de G.U) en intentar que así sea, al margen de utilidades políticas (que no es lo suyo), y tanto más en un asunto de tanta gravedad, como es el caso de un intento de golpe de estado.
De todas formas, a un lego en la materia (como es el caso de este bloguero) le llama la atención que el
rei Artur quede libre del asunto (que inició él a instancias de
Pujolone, ojo al dato). ¡Un trilero ante el que hay que quitarse el sombrero!
Pero como se reanudarán en breve las enfáticas declaraciones simbólicas, las caceroladas y manifestaciones diversas, esas a las que como decía Chaves Nogales es tan adicto el pueblo catalán (si es que no han empezado ya), además de la quema de retratos y todo eso, G.U., en previsión, se marchará cuatro días a cambiar de aires, en este caso más allá de la frontera sur de Catalonia. Descartó San Sebastián por el mal tiempo. Esperemos encontrar despejada la carretera.
Pero a lo que íbamos: G.U. se da una vuelta por el MNAC (en Montjuic) de cuando en cuando. Le agrada ese lugar y lo que contiene, que es mucho. En la entrada suele haber cantidad de guiris (cada vez menos), unos tipos a los que han traído en autobuses para contemplar las vistas, pero esos no entran en el museo. El caso es que ayer tocaba revisitar las salas dedicadas a arte gótico. Lo del renacimiento y barroco lo dejaremos para otra ocasión.
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Algunas de las obras de las salas de arte gótico en el MNAC (Pere Serra, Lluís Dalmau y autor anónimo) |
Una hermosa visita, aunque los días de semana haya más grupos escolares de los que uno quisiera. Uno de ellos, en concreto, tenía a la pobre profesora explicando algunas obras del taller de Pere Serra (finales del XIV) ante una escueta audiencia, ya que el grueso de la expedición retozaba en el hall, como se puede apreciar en la cuarta fotografía.
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La caótica vista de Barcelona, con las columnas de Puig i Cadafalch |
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La volumetría de la Sagrada Familia empieza a apabullar |
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La zona más salvable de la reforma de Gae Aulenti: el órgano |
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Gandulazos haciendo campana de la visita a las salas de arte gótico |
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Pero, aún así, vale la pena pasarse por allí, aunque uno ayer no pudo evitar el recuerdo de funestas experiencias de cuando ejercía de docente de displicentes alumnos: nunca supo motivarlos (
mea culpa). Solo les gustaba ir al museo del Barça y esperar la salida de los futbolistas del entreno, con esos coches que para sí quisiera Jordi Pujol Ferrusola.
[En efecto, no ha olvidado la visita al Museu de Vilafranca (excelente), y el momento en que junto a otro profesor estaba gestionando la entrada del colectivo, precisamente cuando los primeros zagales ya salían de la visita preguntando "
¿qué hacemos ahora?" O aquella otra en Mallorca, cuando tras instruir a los alumnos, vía PowerPoint, sobre el gótico catalán y la obra de Miquel Barceló, tuvo que acabar haciendo la visita con las otras dos profesoras y solo dos alumnos aplicados, mientras los demás retozaban fuera. Los susodichos aplicados fueron convenientemente denostados por el resto, claro].