lunes, 13 de julio de 2015

Este calor ralentiza mi pensamiento

No siempre comparto lo que dice Almudena Grandes, aunque esta vez sí. Dice hoy, en un artículo titulado Manierismos:

Almudena Grandes
«A lo mejor hace demasiado calor y estas temperaturas africanas ralentizan mi pensamiento y deforman mi percepción de la realidad, pero, en los últimos días, todas las presuntas novedades de la política española me parecen tan rancias como una loncha de jamón fuera de la nevera. El cambio que todos predican para intentar apropiárselo por igual tiene menos que ver con la auténtica vanguardia que con el manierismo, ese estilo artístico que rechaza las reglas clásicas y opta por la utilización libre de las formas sin atreverse a romper con la tradición. 


El PP encierra su gaviota en un círculo y pretende que aceptemos un simple logotipo como símbolo incontestable de una nueva etapa. Después de haber convertido la democracia participativa en su principio fundacional, Podemos se da cuenta de que las primarias no son la mejor escalera para asaltar los cielos e Iglesias rescata a Talegón para invitarla a unirse a su partido. El soberanismo catalán en general, y Mas en particular, se mueven en un perpetuo sí pero no, acepto lista unitaria pero no sin políticos, acepto lista sin políticos pero no sin mí, acepto no ser cabeza de lista pero igual desconvoco las elecciones. Nace una izquierda —¿nueva?— que estrena nombre, pero se parece mucho a un novio a quien no le han aceptado las flores y decide probar con los bombones. 


Por lo demás, ¿dónde está el terremoto que iba a sacudirnos? ¿Dónde la nueva época, las nuevas ideas, las nuevas personas? Quizás, hace demasiado calor. Quizás, la deficiencia es mía, porque no me he dejado convencer suficientemente por la cultura del espectáculo y desconfío de los logotipos, de los lemas, de las fotos de familia y las alfombras rojas, pero, a menudo, lo viejo me parece más moderno que lo nuevo».


5 comentarios:

  1. Me pasa algo parecido a lo que le sucede a Almudena Grandes. Mi escepticismo va creciendo de manera galopante y (¿por desgracia?) rara vez me equivoco. Creo que sería preferible equivocarse más a menudo; quería decir que el mundo va a mejor. ¿Serán los años, que no perdonan? Me temo que sí.
    El Tapir

    ResponderEliminar
  2. A mí me pasa exactamente lo mismo que a Almudena Grandes y a gran Uribe, y tampoco descarto que sea por efecto del calor, que derrite hasta las ideas. No logro ver ni ideas ni, más importante aún, actitudes nuevas y esperanzadoras. Un desierto, eso es lo que veo.
    Tal vez volviendo a lo viejo, y muy viejo, o sea, menos espectáculo y más contenidos, empezaría a cambiar algo. Y lo quieran o no los políticos, algo tiene que cambiar, y mucho.

    ResponderEliminar
  3. A mí también, a veces, lo viejo me parece más moderno que lo nuevo. Sí, a lo mejor es que nos estamos derritiendo del todo. Creo que en todo el continente, los cerebros están a un paso de la deshidratación. Más de lo mismo a todos los niveles. ¿Será posible hacer algo? (Iba a poner "¿Podemos hacer algo?", pero me ha parecido más adecuado sustituir ese verbo en primera persona del plural del presente de indicativo.) MJ

    ResponderEliminar
  4. Se me olvidaba. Totalmente de acuerdo. Y todo cara a la galería. MJ

    ResponderEliminar
  5. Comparto el escepticismo general que se ha apoderado de todos nosotros. Esto no marcha, no va a ninguna parte. Con lo poco que me ha gustado siempre el surrealismo, estamos hundidos hasta las cejas en él.
    nvts

    ResponderEliminar