¿Estamos ante otro 6 de octubre?

CocoMocho Puigdemont defiende, con ardor digno de mejor causa, que el auténtico golpe de Estado es el de prohibir el referéndum de autodeterminación que culmina el procés. No sabemos si realmente lo cree, aunque no nos sorprendería que lo diga muy convencido, tal es nivel de los que nos mandan por estos lares y de sus acólitos.

Francesc de Carreras, como no podía ser de otra manera, lo ve de forma muy distinta. En efecto, en su columna titulada "Un seis de octubre posmoderno" nos compara lo que esta produciéndose aquí (un golpe de estado posmoderno) con los hechos del 6 de octubre de 1934:

«En los años ochenta, era miembro del Consejo Consultivo de la Generalitat, un organismo que, tras el nuevo Estatuto de 2006, ha pasado a denominarse Consejo de Garantías Estatutarias. Se trata de un organismo asesor del Parlamento y del Gobierno de la Generalitat en cuestiones relativas a la Constitución y el Estatuto.

Companys y el Govern, en la cárcel tras los sucesos de 1934

Un día le expresé a otro consejero, Robert Vergés, mis dudas sobre la utilidad y eficacia del Consejo. Me dijo: “Mira, tienes algo de razón. Pero el Consejo no ha sido creado para las rutinarias tareas que llevamos a cabo sino para otra mucho más importante: para impedir otro 6 de octubre”. Me quedé estupefacto y le dije que exageraba, que aquel acontecimiento de 1934 no volvería a repetirse. “No creas, hablo en serio, yo viví siendo muy niño aquellos años, este país es muy bestia, sé lo que me digo”.[...]
El Consejo tenía por función impedir otro 6 de octubre de 1934, aquel momento de rauxa de Companys y compañía que tan bien nos han contado, entre otros demócratas catalanistas, Amadeu Hurtado y Gaziel. Si todo sucede como está previsto, el nuevo 6 de octubre, esta vez postmoderno, tendrá lugar hoy, 6 de septiembre. Por cierto, en 1934 los protagonistas de aquel intento de golpe de Estado acabaron todos en la cárcel, procesados por las autoridades judiciales de la República».

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Por cierto, ya que hablábamos ayer de Trapero, que se ande con tiento:

“¿Tiene usted por casualidad la dirección de Dencás? Si la conoce, haga el favor de mandármela, pues pronto haré 11 meses que estoy encerrado y todavía no he recibido una palabra de él”. Así se lamentaba por carta, desde el presidio en el castillo de San Julián, Cartagena, Enric Pérez i Farrás, el que fuera jefe de los Mossos d'Esquadra durante la proclamación del Estado catalán el 6 de octubre de 1934. Fue condenado a muerte y su pena conmutada por cadena perpetua por Niceto Alcalá-Zamora y luego indultado en 1936 a raíz de la victoria del Frente Popular.

El antecesor del actual jefe de la policía autonómica de Cataluña, Josep Lluis Trapero, se había quedado solo, abandonado por Josep Dencás, consejero de Gobernación de la Generalitat en 1934 —equivalente al actual consejero de Interior, Joaquim Forn— y máximo artífice de la rebelión independentista en Cataluña junto al presidente Companys.

Nos guste o no, así es la historia, hermanos...