Gran Uribe intuye dónde están las urnas

Bueno, quizá tengan que pensarse lo de fichar a Gran Uribe (un diletante) los del CNI, visto que aparecen pasquines, papeletas, listas.etc., pero lo de las urnas... tururú. Hace tiempo que tiene la mosca en la oreja.

¿Qué hacía Junqueras  en el monasterio de Poblet, en presencia del abad, impartiendo hace tres meses una conferencia de física cuántica— de la que dimos cumplida información en la entrada Junqueras, un hombre del Renacimiento—, una compleja materia en la que tiene casi tantos conocimientos como Ada Colau (la alcaldesa cuántica)? ¿Se habló en privado de otros temas, al margen de los relativos a esa sesuda conferencia?

Adivina adivinanza: ¿quién es el abad de Poblet y quién es Turull?

Empezó a relacionar el asunto cuando vio que, en realidad, ese abad es casi un doble del ínclito Turull, ese esforzado lacayo de los Pujol que ahora se hace el héroe para salvar al capo. Junqueras y Turull son dos reconocidos meapilas y el abad... un procesista enfervorizado, dicen. Todo parece cuadrar. La iglesia siempre está detrás de los nacionalismos y en este caso no podía ser menos. Por si lo dudan, lean su vergonzoso comunicado favorable a la independencia. Lo que tendría que hacer el Estado, que ha tratado a curas y obispos entre algodones, es hacerles pagar el IVA de una puñetera vez y suprimirles emolumentos y privilegios.

Pero es que la cosa, además, tiene su lógica. Es un lugar muy apreciado por los procesistas más religiosos, en el que hacen con frecuencia ensimismados ejercicios espirituales y se reúnen en ocasiones para hacer terapia de grupo. Tienen espacio de sobra, entre sala capitular, refectorio y demás dependencias, ahora cerradas, para albergar miles de urnas. También cuentan con algunos ilusionados y amanuenses monjes dispuestos a ensamblarlas, siempre y cuando reciban el material y las debidas instrucciones de montaje.

El abad, sorprendido manipulando urnas en la sala capitular del monasterio de Poblet / [granurib50.blogspot.com.es]

Además, sería tremendo, y un golpe bajo a la espiritualidad catalana, ver irrumpir a la Guardia Civil en el silencio de ese monasterio dedicado al recogimiento y la oración, aunque también a un turismo apartado y discreto, nada que ver con Montserrat, que está más en el foco. Bueno, CNI, jueces y Guardia Civil: ¡pónganse a trabajar, que quedan pocos días!