«Fue uno de los más grandes pero también uno de los más desconocidos. La grandeza se la dio su particular uso de la cámara; el anonimato, su temprana retirada y su no profesionalización. [...] Aunque no la plasmó toda, captó básicamente la Rambla y el barrio chino. Trabajaba con la cámara cerca de donde nació y de donde sus padres tenían una floristería, la calle de Joaquim Costa. "No sabría qué hacer por encima de la Diagonal", afirmaba. Y sus imágenes se convirtieron en una crónica social de la posguerra en esa parte de la ciudad: marineros atolondrados, prostitutas con vestido ceñido y tacones de aguja, niños desarrapados jugando al fútbol y hombres en busca de placer, además de camareras, porteras, borrachos y 'botiguers'. Todo el crisol del barrio cabía en su cámara».
[El Periódico, 3/9/2017]
Esas fotos del Raval ....tengo muchas de él.
ResponderEliminarsalut