lunes, 4 de septiembre de 2017

En recuerdo de Joan Colom


«Fue uno de los más grandes pero también uno de los más desconocidos. La grandeza se la dio su particular uso de la cámara; el anonimato, su temprana retirada y su no profesionalización. [...] Aunque no la plasmó toda, captó básicamente la Rambla y el barrio chino. Trabajaba con la cámara cerca de donde nació y de donde sus padres tenían una floristería, la calle de Joaquim Costa. "No sabría qué hacer por encima de la Diagonal", afirmaba. Y sus imágenes se convirtieron en una crónica social de la posguerra en esa parte de la ciudad: marineros atolondrados, prostitutas con vestido ceñido y tacones de aguja, niños desarrapados jugando al fútbol y hombres en busca de placer, además de camareras, porteras, borrachos y 'botiguers'. Todo el crisol del barrio cabía en su cámara».

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