No pensabas lo mismo el 13 de enero de 2008, cuando escribiste un infame artículo en el que pedías a la madre de mayo Nora Cortiñas, a la sazón en Barcelona para inquirir por el caso, que no metiera las narices donde no le llaman y que se volviera a su país, o poco menos.
También llama la atención la defensa que hacías entonces de ¡España! y de su sistema judicial. Ahora no dices lo mismo, rostro de cemento.
A la izquierda su página en twitter de hace tres días y a la derecha lo que decía entonces.
"Me parece lamentable que usted esté aquí". Esta expresión, sin duda poco amable, se la dirigí a Nora Cortiñas, el jueves pasado, en Els matins de TV3. En cualquier otra situación, esta mujer de frágil apariencia, madre de un hijo desaparecido en la dictadura argentina y cofundadora de las Madres de Plaza de Mayo, me habría inspirado ternura y solidaridad. Pero en el contexto en que se produce su visita y la de otros observadores chilenos y argentinos, su presencia me ha resultado inquietante. ¿Tienen que venir a Barcelona a tutelar un juicio por un acto delictivo, como si España fuera una república bananera de tres al cuarto? [...]
»La propia Nora, durante toda la entrevista, mantuvo la sospecha sobre lo que calificó de "posible montaje policial". Caben muchas preguntas sobre la actitud de estos observadores internacionales cuya presencia en España se debe, desde mi perspectiva, a un puro acto de racismo. Es decir, los que han venido a acusarnos de racismo lo han hecho desde un paradigma racista, la suposición de que, por ser argentino o chileno, uno ya no puede ser culpable.[...]
Por supuesto, será el tribunal quien decidirá si está o no demostrada la culpabilidad, pero no estamos ante pruebas de bajo perfil. ¿Por qué, entonces, viajan hasta Barcelona unos observadores de derechos humanos, crean un clima de sospecha sobre nuestro sistema judicial, y confunden España con cualquier miserable dictadura? ¿Tienen que venir a enseñarnos, desde Argentina y Chile, cómo se garantizan los derechos de los acusados?»
Pilar Rahola, 13 de enero de 2008
Anna Grau lo ve así:
[...] "No se entiende que lo diga nada menos que Pilar Rahola. La Belén Esteban del prusés. Esta nacionalistorra e independenciómana que jamás se ha parado en barras a la hora de cuestionar la legalidad española cuando a ella le ha parecido bien para hacer prosperar su discurso. Y su negocio.
Entonces, ¿podemos poner España, la Constitución española, el Tribunal Constitucional y hasta los leones del Congreso a caer de un burro, en nombre del sagrado dret a decidir de cuatro gatos catalanes que se niegan a tomar en cuenta ni en consideración la opinión del gato número cinco y subsiguientes, pero nos tenemos que picar si vienen a hacer lo mismo desde Argentina?
Si tanto te preocupa que España haga el ridículo, ¿por qué no te callas, Pilar?"
Enlace a un artículo de Sonia Sierra: "Ciutat morta" y las buenas conciencias
Enlace a un artículo de Pilar Rahola: Acoso a un juez
Enlace a un artículo de Anna Grau: "Observando internacionalmente a Pilar Rahola"
Enlace a un artículo de Pilar Rahola: Acoso a un juez
Enlace a un artículo de Anna Grau: "Observando internacionalmente a Pilar Rahola"
Pues yo, gran Uribe, le diría a esa señora que es una impresentable sin ninguna cordialidad. Los hechos hablan solos, y la palabrería de esa señora también.
ResponderEliminarYo, como ya tengo una edad que me lo puedo permitir, voy a empezar a llamar a las cosas por su nombre y creo que es muy zafia y muy burra.
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