Esa frase debe de ser cierta, quizá, cuando sabes que acudirá gente a tu stand. Cuando no va casi nadie, es imaginable el suplicio (y el agravio comparativo) de soportar la presencia en la caseta de al lado de un advenedizo que presenta su libro (escrito probablemente por un 'negro'), con centenares de fans berreantes esperando a que se lo firme ese sujeto.
De algo de esto nos habla en su columna de hoy Juan José Millás, que acudió el otro día a la Feria del Libro de Madrid para firmar su estupenda y chocante Desde la sombra (ficción en estado puro):
«Cuando un cocinero se hace famoso, escribe un libro. Cuando un deportista se hace famoso, escribe un libro. Cuando un criminal se hace famoso, escribe un libro. Cuando un alpinista se hace famoso, escribe un libro. Cuando un actor se hace famoso, escribe un libro. Cuando un locutor de televisión se hace famoso, escribe un libro. Cuando un cantante se hace famoso, escribe un libro. Cuando un político se hace famoso, escribe un libro. Cuando un millonario se hace famoso, escribe un libro. Cuando un corrupto se hace famoso, escribe un libro. Cuando un expresidiario se hace famoso, escribe un libro. Cuando un youtuber se hace famoso, escribe un libro. Cuando un torero se hace famoso, escribe un libro. Cuando un famoso se vuelve más famoso, escribe otro libro.
Cola en la Feria del Libro para pedir firmas al 'youtuber' Wismichu / Juan José Millás firmando "Desde la sombra" en la caseta contigua |
Claro que todo el mundo tiene derecho a escribir libros, y a establecerse como curandero, incluso a escribir libros sobre la curandería. Pero un congreso de oncólogos debería ser un congreso de oncólogos. El escritor decide no acudir en el futuro a ninguna feria. Pero el miedo a ser tachado de envidioso le conducirá a la siguiente».
Juan José Millás, La siguiente, EL PAÍS (17/6/2016)
Debe de ser un auténtico rollazo eso de firmar libros en las ferias. Pero supongo que al final la mayoría de autores lo toma como una obligación. A mí me da como una especie de apuro y por eso no he ido nunca a que me firmen nada. MJ
ResponderEliminarA mí también me da esa especie de apuro. Tampoco he ido nunca a que me firmen, por mucho que admire a un escritor. A lo mejor es que somos un poco rarillas, MJ, o a lo mejor es que no nos gusta ningún tipo de culto a la personalidad. No sé...
ResponderEliminarEs una cabronada lo que le hacen las editoriales a los escritores, y especialmente a los sufridos novelistas. Pagan sus obras, fruto de un trabajo duro y poco agradecido, con cuatro chavos. Por si fuera poco, se piratean sin ningún rubor, sin que nadie haga nada para intentar evitar ese expolio. Y para más inri... les obligan a ir a las ferias a hacer el gilipollas y a sufrir ese escarnio comparativo tan desagradable.
ResponderEliminarPero, os digo una cosa: el día que ya nadie se dedique a escribir novelas lo echaremos en falta. ¿Quién nos pondrá un poco de ficción en esta triste realidad?
Gracias
F.G.