¿Qué me dicen de los de Esquerra Republicana? Después de la sesión de bondage económico que le aplicó Borrell a Junqueras en can Cuní —al Junqui solo le faltó echarse a llorar, aunque el hombro de su contrincante no fuese tan mullido como el de Mònica Terribas—, nadie en su sano juicio podía votar a semejante tarugo, alguien que ante cada nuevo sopapo de Borrell, farfullaba cosas modelo "No, si ya, pero es que a mí me hace ilusión la independencia", apelando a sus sagrados sentimientos en vez de mostrar algún conocimiento, por mínimo que fuese, del área que se le ha confiado en el Gobierno catalán.[...]
La izquierda y el centro están trufados de seres dubitativos como quien esto firma, mientras que la derecha española y catalana (incluyo al meapilas de Junqueras y sus seguidores) mantiene prietas las filas e impasible el ademán: sus candidatos podrían violar a un monaguillo en televisión, en horario de máxima audiencia, y les seguirían votando».
Enlace: Los que nunca dudan
Es lo que yo pienso, pero no sé decir tan bien como él. Lo suscribo de pe a pa. Yo también soy dubitativa. Por eso, voy sobre la marcha. MJ
ResponderEliminarYo también me confieso dubitativo, seguramente más de lo que lo era de adolescente. Y desconfío de esos personajes tan seguros de sí mismos que no conciben otra verdad que la suya, entre otras cosas porque he descubierto que muchas veces es una "falsa" seguridad para salir airosamente de situaciones que no dominan del todo. En definitiva, no es que lo sepan todo, sino que quieren dar la apariencia de ello. Eso se valora mucho en sociedad y en ciertos ambientes profesionales en que no admite la duda o el titubeo. La respuesta ha de ser ràpida y cuanto más contundente tanto mejor. En cuanto a lo de "violar a un monaguillo" en TV, de acuerdo, siempre que no sea de la escolanía de Montserrat.
ResponderEliminarEl Tapir
Caramba, Tapir, veo que ha podido conectarse desde el camino. ¿Tal vez en Ribadeo?
EliminarYo también me confieso dubitativo, en un mundo en que abundan los sujetos que parecen saberlo todo. Se da, en mi opinión, un poco más frecuentemente en el género masculino, aunque también hay sabihondas por ahí sueltas. No solo en cuestiones políticas, ¡ojo! Gente que nunca tiene dudas de nada, qué bien.
Se hable de lo que se hable, esos sujetos nunca muestran desconocimiento alguno del tema en cuestión, están enterados de todo y no suelen preguntar al otro cómo lo ven ni cómo les va, porque les da completamente igual, ellos siempre fardan y hablan de sí mismos.
Y hablan con gran conocimiento de causa de la actualidad en general, por supuesto, pero también de electrónica, de barcos, de aviones, de cine, de economía, de arquitectura, de ciudades, de campos, mares y montañas, de ecología, de alimentación, de mecánica del automóvil, de cómo arreglar el mundo, en fin, qué se yo, de todo. Es como si, aparte de su inteligencia natural incontestable, llevaran empollado, además de esos resúmenes de noticias a base de titulares que suministra Google, todo el Reader´s Digest o, actualmente, una revista llamada "Muy interesante".
No sé si se los ha encontrado usted en su camino (no necesariamente de Santiago), pero yo sí, bastantes. En esos casos, uno queda como un indocumentado, de manera injusta porque en algunos temas (pocos) quizá sepamos más que ellos pero no sabemos (o no queremos) sacar brillo. Yo paso de esos tipos, no me impresionan en absoluto.
El padre de Gran Uribe detestaba a ese tipo de individuos a los que solía calificar con una expresión muy clásica de él: "es un pedantón del carajo". Pues eso.
Un saludo y ¡feliz andadura!
Pues sí, Gran Uribe, aunque con dificulatdes sin cuento (hay veces en que tiraría la "tablet" por la ventana), he podido conectar e ir siguiendo su interesante blog. Lo que me funciona peor es lo de los emails. Me ha encantado su descripción del "pedantón del carajo" tipo. Saludos desde Villalba de Lugo,cuna de nuestro inefable Fraga Iribarne (e.p.d).
EliminarEl Tapir
Y lo peor, diría yo, no es que no duden, sino el desprecio y la arrogancia con que miran a los que dudamos. La duda les ofende muchísimo. No la tragan.
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