Un zagal valiente, ilusionado, pundonoroso y 'buena gente'. Aquella maldita mala suerte la tomó con él...
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Luis Salom / Fotografía de MIRCO LAZZARI |
Salom, que era creyente «más que religioso», siempre rezaba un padrenuestro antes de la salida. Lo hacía ya de pequeño y no dejó de hacerlo en ningún GP. Antes, lo rezaba en el box pero ahora, como siempre iba con prisas, lo solía hacer en la parrilla. «
No rezo para ganar, rezo para que todo nos vaya bien a todos, para que todos lleguemos a la meta. No quiero tener suerte, quiero no tener mala suerte. Rezo por costumbre, porque creo, porque sí, ¡qué caray!
La imagen y el texto expresan todo. ¡Qué maldita mala suerte!
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