miércoles, 1 de junio de 2016

Antifascistas de chichinabo

Moto ardiendo en Gràcia
«Que unos tarugos violentos se consideren a sí mismos antifascistas no debería obligarnos a los demás a considerarlos como tales. Los antifascistas somos ustedes y yo, pero no nos parece que quemarle la moto al vecino o destrozarle el chiringo al quiosquero sea la manera más adecuada de aplastar esa lacra de la humanidad que conocemos como fascismo.[...]

Tenemos en Barcelona dos modelos de antifascista de chichinabo. Por un lado, están los del sector Gràcia, que es como la clase de tropa, y por otro, los que van a la universidad, que es como la élite. La misión de ambos sectores es la misma: convertir su entorno en un infierno. 

Si los callejeros le queman la moto al vecino, los universitarios le hacen la vida imposible al profesor que les parece un fascista, quien a veces tiene que acabar dando clase con protección policial. A ambas facciones les encanta tomar posesión del territorio, ayudados por políticos pusilánimes o rectores temerosos de que se les considere poco progresistas o escasamente independentistas.

Decirle a esa gente que el antifascismo no tiene nada que ver con lo que ellos practican es una pérdida de tiempo, dada su condición de fanáticos con pretensiones. Pero tener presente que solo son unos hooligans con coartada ideológica está al alcance de cualquiera».


Pintada en una pared de la Universidad de Lleida contra Inma Manso, subdelegada del Gobierno y profesora de ese centro.





Joan Tapia, por su parte, ve estas cosas de manera menos divertida que Ramón de España (Tapia es un hombre serio, aunque con retranca, y España... un gamberrete), desde sus "Confidencias catalanas", en un artículo en el que analiza diferentes aspectos de la realidad catalana y española que convendría leer entero:


Joan Tapia
[...] «El desalojo, a instancias de su propietario actual, del llamado 'banco expropiado', que fue comprado a la antigua Catalunya Caixa, por los Mossos tras la correspondiente sentencia judicial, ha provocado varios días de violentas manifestaciones en el barrio de Gràcia, a muy pocos minutos del centro de la ciudad. 

El independentismo ha quedado desautorizado porque se ha visto que el 'banco expropiado' se pudo mantener debido a que el Ayuntamiento convergente de Xavier Trias pagó de forma discreta los alquileres y todos los gastos de los okupas para evitar desórdenes públicos en época electoral. Y hay quien dice que porque Artur Mas indicó a Trias -tras los incidentes anteriores de Can Vies (una casa ocupada en el barrio de Sants que fue desalojada)- que no creía conveniente ninguna conflictividad que no reforzara la reivindicación independentista. 

También pone en cuestión a la Generalitat, porque los Mossos han tenido problemas para controlar el barrio, han debido ocupar varias veces las proximidades del 'banco expropiado' para evitar que volviera a ser ocupado, y porque la asociación de vecinos de Gràcia (e incluso la federación de Barcelona) critican la actuación de los Mossos. ¿Qué querían, que los desórdenes y las quemas de coches continuaran sin intervención policial que, lógicamente, tiene que ser algo expeditiva? 

Pero la alcaldesa Ada Colau tampoco sale bien librada. Ella se solidarizó con muchos movimientos alternativos y ahora no sabe poner fin a una crisis provocada por ella misma cuando -razonablemente- dejó de pagar el alquiler de los okupas que satisfacía el Ayuntamiento convergente. Pero no logra convencer a los okupas de que trasladen su actividad -que algunos vecinos apoyan mientras otros son menos entusiastas- de un local ocupado a otro municipal. Ada Colau intenta gobernar la ciudad y ha cerrado un pacto con el PSC para tener más apoyo, pero le empiezan a estallar conflictos con movimientos que en principio formaban parte del universo que la apoyaba: okupas, asociaciones de vecinos, trabajadores del metro que han hecho ya varias jornadas de huelga...»

2 comentarios:

  1. Esto está liadísimo. Recapitulemos (si podemos).
    Desde el 25M de 2015, Ada Colau (antes activista social) es alcaldesa de Barcelona. Últimamente, la situación en el ayuntamiento va siendo cada vez más compleja y difícil.
    Desde el 27ese, JxS intenta llevar al huerto a la CUP (organización política asamblearia anticapitalista) y tres meses después lo consigue (a medias) y, debido a ello, ahora a Oriol Junqueras no le salen las cuentas por muy temprano que se levante.
    Desde el 20D, los políticos españoles recién salidos de las urnas se dividen en dos grupos, unos que pretenden llegar a algún acuerdo y otros que solo se preocupan de preparar nuevas elecciones esperando sacar mejores resultados.
    ¿Sería posible que ALGUIEN hiciera ALGO tranquilizador? Por lo que oigo, lo veo complicado (quiero ser optimista). MJ

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  2. Pienso lo mismo. Todavía no he oído a ningún político que aporte ni una sola idea "tranquilizadora" y/o ilusionante sobre cómo se van a abordar los problemas y el camino que nos espera es arduo. No hay que desesperar, pero tenemos mucha materia y poco tiempo, como decían los profesores y profesoras al empezar el curso...
    El Tapir

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