«Uno de los activistas virtuales más activos del independentismo, Eduard Voltas, escribió hace unos días un artículo en el que, compungido por el comportamiento de la CUP, reconstruía lo ocurrido en las filas independentistas desde justo antes de las elecciones de septiembre de 2015 hasta ahora. Una frase de su artículo me dejó perplejo. En los momentos previos a las elecciones, según Voltas, existía la percepción de que resultaba indiferente votar Junts pel Sí o la CUP: “Semblava que tot sumava 'Va, ens ho repartim, tu votes JxS i jo la CUP', es va escoltar en moltes famílies".
(“Reset”, El món, 3 de junio de 2016) .[...]
Pau Luque |
Y uno podría esperar que una instancia culta y educada de ese género humano, como lo es buena parte del independentismo, aceptara ese mínimo de realidad. Pero no. Algunos se resistieron al peso abrumador de la realidad y creyeron que no había diferencia entre votar JxSí y votar la CUP. [...]
Y cuando el principio de realidad se impone, el siguiente paso natural consiste en echar la culpa de que la realidad sea como es a aquellos que impiden que la realidad sea como uno desea, a saber, uniforme y sin fisuras entre los “nuestros”.
Veredicto: la CUP es culpable de todos los males que azotan el proceso independentista. Y a base de menospreciar al hermano pequeño independentista, acusándolo de no ser lo suficientemente independentista (es decir, acusándolo de no ser lo suficientemente vasallo de aquellos que mandan políticamente en Cataluña, con alguna interrupción, desde hace décadas), ese independentismo descarga cualquier responsabilidad propia. No es que se trate de una novedad, porque el independentismo lleva culpando a España, sea lo que sea lo que entienda por España, desde hace décadas. Pero hay una gran diferencia entre culpar a España y culpar a la CUP.
En la dialéctica de quienes conciben Cataluña en los términos de los independentistas, España es el enemigo, un elemento fundamental en el guión. Pero la CUP no es el enemigo. Es mucho peor que eso. Es un traidor. En el imaginario independentista, España, cuanto más fea, más peluda y más bárbara, mejor para los intereses independentistas. Pero el traidor es el figurante no deseado con el que no se sabe muy bien qué hacer, porque, por un lado, si se le intenta reeducar se debe invertir una cantidad de tiempo incompatible con el infantil “tenim pressa” y, además, las perspectivas de éxito son más bien escasas, pero, por otro lado, si se suelta lastre se pierden fuerzas necesarias para la causa de manera definitiva.
Todo este episodio, sospecho, no se explica sino en función de una visión homogénea acerca de los “nuestros”, consustancial a todo nacionalista». [...]
Enlace: Venga, repartámonoslo
Pues sí, pretender que votar a la CUP o a JuntsPel3% era lo mismo, indica un sentido de la realidad muy menguado por parte de muchos independentistas catalanes. Y ahora se empiezan a dar cuenta del asunto y a intentar recular un poco, pasar discretamente pantalla (sin que se note), pero hacia atrás en vez de hacia delante, como alardeaban hasta hace poco. Es lógico que así sea. Le están viendo las orejas al lobo e intuyen que con esos compañeretes de viaje lo tienen mal para construir el próspero, idílico y sonriente "nou país" que nos vendían para el 9N y el 27S.
Cartel para el Día Internacional de Liberación del LGTBI |
En él se representa un morreo entre la "Geperudeta" (Virgen de los Desamparados) y la "Moreneta" (Virgen de Montserrat). No ha gustado nada a los obispos ese póster (un modelo de mal diseño gráfico, por cierto, aunque eficaz en su objetivo de "tocar los huevos"), pero tampoco les ha hecho gracia en Valencia (aunque es gente con sentido del humor, en general) y es presumible que por estos lares (Cataluña) tampoco haya gustado nada a la gente 'de orden', que haberla, hayla.
Un buen barómetro para objetivar cómo está de alta o baja la moral de la burguesía catalana (con el tema Procés y la CUP) son los medios de comunicación propiedad del Conde de Godó: La Vanguardia y 8TV.
"El Puma" y Toni Castellà |
Cuentan sus compañeros de facultad que ese sujeto, conocido en los pasillos del Parlament como "El Puma" por su estilismo capilar, llegó un día a la cafetería y explicó que se había afiliado a Unió. “Pero sí son 4, ¿estás loco?”. Su respuesta fue tajante: “Por eso; así subiré rápido”.
Bueno, pues en esa entrevista pareció, por momentos, descender a los infiernos. Pasen y vean a Vidal-Folch, Màrius Carol (director de La Vanguardia) y el propio Cuní despedazando a ese puma "de baratura", un juguete roto.
Enlace: https://youtu.be/DdNRUvNFtb0
El artículo de Pau Luque, bien. El cartel con el "apasionado beso" (sic La Vanguardia) de las dos vírgenes, mal, y en cuanto a la zurra al pobre señor Castella... es como para que se le pasen las ganas de volver por allí en una buena temporada.
ResponderEliminarEstupendo artículo de Luque. Provocador y para algunos seguro que hasta escandalizador, el cartel con las estatuas de las vírgenes. Bronca auténtica la de 8TV a Castellà. MJ
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