"Entrañable comida de Navidad" (como acostumbran a ser casi siempre que uno está rodeado de algunos de sus seres queridos) esta vez "en un marco incomparable". ["Una imagen indecente, poniéndose las botas en un comedor más grande que las casas de la mayoría de los españoles", como se ha apresurado a denunciar Gabriel Rufián].
Ni son todos los que están ni están todos los que son, pero eso suele ocurrir. De primero, un arroz caldoso con bogavante muy aceptable y de segundo, rabo de toro al vino tinto, excelente. Luego, discusiones absurdas y tarde muy pesada, y eso que no ha sido ingerida la tradicional salsa ibicenca...
Todo regio, el marco, los comensales y el menú. La mantelería y la vajilla, preciosas. Si me permite, señalo un detalle que contrasta, (ocurre siempre en todas las comidas sean de diario o de fiestas) y es la lata de Coca-Cola. MJ
ResponderEliminarSr. Gran Uribe, no se queje por la sobremesa, que me parece a mí que en estas fechas en la mayoría de las casas son un tostonazo y, me atrevería a decir, hasta peligrosas.El incomparable marco, de ensueño. No casa muy bien con la olla de barro del arroz con bogavante, pero es la magia de la Navidad.
ResponderEliminarEl marco esplendoroso, y los comensales parecen contentos. No se puede pedir más, gran Uribe. En cuanto al detalle de la lata de Coca- Cola, a lo mejor, digo yo, hay por ahí alguien muy querido que no sabe pasar sin ella. Y habrá que perdonárselo, claro.
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