Mientras tanto, los muchachos de ERC estaban encantados en la barra de un bar de ambiente taurino, al tiempo que Rufián —granaíno y jienense de pura cepa— se zampaba el bocata de calamares al que se ha aficionado en Madrit. Oriol Junqueras y Joan Tardà son más austeros, quizá para no gastar (claro, la pela és la pela y se las ha robado todas Madrit): no se tomaron nada.
Un momento del debate entre Sánchez y Rajoy, moderado por el presentador "paragüero", con un bocata de calamares a repartir entre tres [Reuters / granuribe50.blogspot.com.es] |
A Gran Uribe no le agrada que el moderador interrumpa constantemente e intente reglamentar todo al segundo. Pero hay casos en que es el único autorizado a meter mano en el asunto, cuando la cosa se enreda, entra en bucle y empiezan las descalificaciones personales. Sánchez es bastante proclive a ellas y, como dicen algunos, tiene tendencia a "pasarse de frenada". Ayer, sin ir más lejos, perdió una magnífica oportunidad de dejar en evidencia a Rajoy sin necesidad de perder los papeles: lo tenía a huevo.
Ahora el susodicho Rajoy va haciéndose la víctima y la menina Soraya (sic, Pablemos) tilda a Sánchez de "macarrista político". Mientras tanto, el señor Campo Vidal, sigue descansando en el paragüero.
Dice Íñigo Domínguez en EL PAÍS:
«Los espectadores que anoche siguieron el debate verían un señor que pasaba por allí: era el moderador. Pasa una vez cada cuatro años, como la Eurocopa, o más, es como un moderador bisiesto. En esta ocasión ya se sentó en la mesa a escuchar sin más. Total, seguro que le llaman la próxima vez sin que se sepa por qué. Suyo fue el mérito de los abundantes momentos de cacofonía que lastraron la discusión, mientras Rajoy y Sánchez se enganchaban. El debate lo perdió claramente Manuel Campo Vidal, de profesión mis debates. Los españoles se acuerdan de él cuando lo descongelan para uno, de hecho, ayer parecía recién descongelado, aunque no del todo. Se ignora lo que hace el resto del tiempo, pero desde luego no está preparándolos. Su gran momento fue sujetar los paraguas a la entrada, seguido del vano intento de que los invitados hablaran de Cataluña. [...]
El único que no parecía dormido en esa mesa era Pedro Sánchez, que olió sangre desde el minuto uno y se lanzó a la sobreactuación. El presidente a veces tenía la mirada indecisa, parecía cansado, o es que pensaba que bastaba aguantar el temporal, como siempre. En alguna ocasión miraba a los lados, quizá buscando a Soraya Sáenz de Santamaría o la puerta de la cocina para pasar ya a las cervecitas y los mejillones. Seguramente pensó que se lo había pasado mejor con Bertín Osborne o María Teresa Campos. La gente a lo mejor lo vio [el debate] para asegurarse de que era el último de este tipo. Y por ver cómo pasa el tiempo en los trajes de Campo Vidal».
Enlace: Moderador paragüero
No es que esperara gran cosa, pero no me gustó nada el debate. Tanta preparación, tanta propaganda y fue lamentable. El peor, el moderador, que no moderó absolutamente nada y se le fue de las manos. Los que más ganaron con el mierdi-debate: los que no estaban. Es decir, sí estaban, en la otra tele del mismo dueño para sacar tajada del asunto. Suerte que no habrá más.
ResponderEliminarnvts
A mí tampoco me gustan los debates. Prefiero que se expliquen los programas y punto. Con todo, creo que Pedro Sánchez no estuvo mal, es más, diría que estuvo bien, sólido. Y le dijo a Rajoy unas cuantas verdades que había que decir. Se podía haber ahorrado lo de que no era una persona decente. Eso sí. Porque los hechos hablaban por sí mismos, y él los expuso con contundencia y muy atinado.
ResponderEliminarLos que no estaban dijeron, según mi parecer, lo que tocaba, y ya debían de tener preparado de antemano, sin recordar, ni el uno ni el otro, sus propias palabras, y sus formas y maneras, en sus particulares ataques contra el Partido Popular. Les falla la memoria, vaya. Sobre todo, la memoria reciente. Mala cosa.
Bueno, yo me lo ahorré porque ya no puedo soportar más debates. Es que me cansa mucho. Además Rajoy con essshhha forma de hablar me pone frenética. MJ
ResponderEliminarDiscrepo de Íñigo Domínguez: Campo Vidal no parecía congelado, ESTABA CONGELADO. Del moderador que ataca a los contertulios (Carlos Cuesta), al moderador congelado va algo más que un trecho. En cuanto a Sánchez, sí, se podía y debía haber ahorrado el insulto personal. No hacía ni falta. Y desde luego, ambos púgiles rehuyeron hablar de Cataluña, por una razón muy sencilla: no tienen nada que decir y, en caso de que lo tuvieran, dirían lo mismo. Y no interesaba que se viera que decían lo mismo. ¡Qué espléndida ocasión para haberme ido al cine!
ResponderEliminarEl Tapir
Votaré socialista, pero durante el debate me daba ganas de votar podemita o ciudadanín. Lo superaba pensando en Iglesias o en Rivera.
ResponderEliminarMJ hizo bien en ahorrárselo.
Vh
Yo tampoco quería ver el debate, porque me olía la tostada. Y, como muy bien dice nvts, los que sí ganaron fueron los que no estaban.
ResponderEliminarEn otro orden de cosas, yo no sé la influencia real en el voto indeciso que pueda tener un debate. De ser así, lo encuentro tristísimo; que el sentido del voto de tanta gente como dicen dependa de quién "da" mejor ante las cámaras o de quién maneja mejor el discurso de charlatán de feria o vendedor de crecepelos...
El Tapir