jueves, 4 de septiembre de 2014

Antorchas: ¡qué peligro! (2)

Un seguidor/a de este blog, Nvts, escribe en la entrada anterior (la 1):
"Empieza a apoderarse del separatismo el color negro, las antorchas, las procesiones nocturnas. Todo con un aire amenazador que me sobrecoge".
Tranquilícese un poco, esto de las antorchas ya se había hecho en algunas ocasiones en Cataluña, aunque quizá con menos repercusión mediática. Le propongo, para abrir boca, que vea el sugerente video de Youtube ("Momentos que no volverán").




Y ahora... a "disfrutar" de las siguientes imágenes. En ellas aparece Carod Rovira (un buen amigo de El Tapir, por cierto), además de diferentes convocatorias para la marcha de este año; también una inspirada pancarta con la bandera negra que se colgará en los ayuntamientos y organismos oficiales anticipando la "victoria final"...
Gran Uribe piensa que se encontrará lejos y, por tanto, no podrá acudir a ninguna de esas citas. Será en otra ocasión...






9 comentarios:

  1. Leo que la antorcha es emblema de la iluminación espiritual y el conocimiento.

    Que bien.

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  2. Pues yo creo que tanta antorcha y tanta banderola no iluminan, sino que ofuscan. Al menos, ofuscan las mentes. Yo lo que veo es mucho fanatismo. Y los fanáticos, sean del signo que sean y por mucha antorcha que se gasten, no ven nada más que lo que quieren ver: su idea.
    No miedo, pánico terror me dan. Desde siempre. Con ellos no valen razones. Y en este caso no sé si además se dejan arrastrar por los galones, por muy camuflados que estén ahí los galones.
    Esas antorchas ya sabemos lo que quieren, y hace mucho que lo tienen claro: fronteras.
    Y yo, como en la canción, prefiero los caminos a las fronteras.

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    1. Yo también prefiero los caminos a las fronteras. En cuanto a las antorchas, las detesto, aunque sean "emblemas de la iluminación espiritual y el conocimiento", que no es el caso.
      Pero Serrat ahora es muy ambiguo (entrevista de EL PAÍS): se ve no se quiere mojar mucho el culo y perder mercados, éstos o aquellos.

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  3. Yo diría, gran Uribe, que a Serrat lo de ser ambiguo le viene de lejos. No es de ahora. En su trayectoria lo fue más de una vez.
    Y el mercado es sacrosanto, ya lo sabemos. Manda en Estados y conciencias.
    Me inclino por escuchar sus canciones, algunas muy hermosas, y olvidarme del personaje.

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  4. Cuanto más miro esas imágenes, más miedo tengo. Esto está cambiando: de un tono deliberadamente "amigable", festivo, castellers, niños y perritos con la estelada, abuelitas con su camisetita y el pic-nic con tortilla de patatas para pasar el día en el campo (Diada de 2013), nos adentramos este año por senderos oscuros teñidos de insinunaciones cuasi bélicas. Trabucaires que simulan fusilamientos, antorchas, banderas negras, carteles de estética lóbrega y agresiva, invitación a la lucha y a la "batalla" final... No sé dónde leí el otro día algo que me inquietó: "Estamos a la distancia de un "eixelebrat" de que esto derive en tragedia". Aquí lo dejo.

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    1. Caramba, doña Nieves, cálmese usted, que todo acabará bien... Al menos eso espero. Reconozco que me ha sorprendido bastante (nunca lo hubiera creído) hasta dónde llega la irresponsabilidad de nuestro rei Artur y su corte convergente, de meternos en este berenjenal cuyo final ni el más avezado comentarista político es capaz de adivinar. Realmente, las caricaturas de Peridis dan de lleno en el clavo... Saludos,
      El Tapir

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    2. La organización para la famosa "V" es de tipo casi militar. "tu: camiseta vermella", "tu: camiseta groga", "tu: aquí", "tu: allà". Por mi barrio ya van teniendo todos claro qué camiseta han de ponerse y en qué lugar. Ni en tiempos de la mítica "Demostración sindical" del 1º de mayo.

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  5. No, nadie sabe cómo acabará todo esto, pero a mí me pasa lo mismo que a doña Nieves. Cada vez me dan más miedo esa pandilla de iluminados.
    Y cada vez más miedo la parafernalia que se gastan. No sé si es eso lo que pretenden. Podría ser...

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    1. Y a mí también. En efecto, quizá se persiga también un efecto de amedrentamiento para que los no adictos escondan la cabecita.

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