martes, 9 de septiembre de 2014

Artur Mas en 2002

Parece ser que en aquellos años ese sujeto se las daba de hombre ventilado y moderno. Ahora ese inútil "ha reflexionado"y, como resultado, se ha sumido en la caverna más absoluta, del bracete de toda esa gente que le va indicando la ruta.

(Extractos del libro-entrevista de Rafael de Ribot "¿Què pensa Artur Mas?" (Deria Editors, 2002)


¿Supervisaba Mas  las presuntas comisiones irregulares cobradas por CDC?
Buena pregunta...

Bueno, que se sepa, Artur Mas era el avispado (?) conseller de Economía y Finanzas durante el gobierno de Jordi Pujol. Y luego, cuando ya era "Molt Honorable", ¿continuaron esos enjuagues de los que se habla?

Tres casos posibles (quizá haya más):

  • Si sabía algo y se beneficiaba de esas "mordidas", él o su partido, era un mangante. 
  • Si sabía algo y miraba para otro lado, era cómplice de una mangancia. 
  • Si no se enteró de nada, era un "tonto del haba". 

De ser cierta alguna de estas tres hipótesis, tendría que desalojar ipso facto la poltrona (provisional) que ocupa.

Suerte que los lumbreras que nombren para la "Comissió d´Investigació del Parlament de Catalunya" nos sacarán de dudas.

4 comentarios:

  1. Completamente de acuerdo con las tres posibilidades. Me pregunto, a la vista de la multiud de casos similares, si no se ha producido en este país a gran escala una contaminación de las prácticas usuales en el mundo de los negocios a la cosa pública. Como bien sabe el Gran Uribe, en Cataluña siempre se han visto bien el unte y el tant per cent en el ámbito de la empresa. Con ese espíritu "empresarial" acceden a cargos públicos muchos individuos que carecen de la moral deontológica necesaria y exigible para manejar el dinero del contribuyente. Es decir, no son servidores y empleados del Estado en un sentido estricto, sino de sí mismos y de su enriquecimieno personal. La cárcel es poco para estas garrapatas. Devolución de lo robado con intereses desde el día que accedieron al cargo.
    Nvs

    ResponderEliminar
  2. Estas prácticas vienen de muy atrás. Cuando yo estaba haciendo la obra de los Canut en Gerri, el constructor me contó que ya no quería hacer más obra pública porque, además de pedirles comisión, les puteaban en el final de obar para retrasar el pago y que, en fin, no valía la pena para cuatro duros que iban a ganar; ya se encargaban de hacer el negocio ellos, en vez del constructor. Claro, una empresa constructora grande puede soportar este trato, porque al fin se está hablando de muchos millones, pueden aguantar los retrasos en el cobro, y los bancos les fían (quizá habría que decir les fiaban). Pero una constructora pequeña, con un par de retrasos, unido a las comisiones, se va a la mierda en poco tiempo (en tiempo de crisis, como ahora, más). Con ello quiero decir que es una práctica asumida por todo el mundo desde hace mucho tiempo, de mejor o peor gana, incluidas las constructoras. En realidad, como todos saben que los demás hacen lo mismo (incluso los tuyos, si tienen alguna cuota de poder), nadie hace nada. ¡Es la Historia! Saludos,
    El Tapir

    ResponderEliminar
  3. Menudo cambio, ¿no? Me preguntó qué le habrá hecho cambiar tan radicalmente de opinión.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La praxis, anónimo mío, la praxis y el cálculo electoral. Afortunadamente, existen las hemerotecas como recordatorio de estas cosas, aunque eso no parece preocupar lo más mínimo a nuestros próceres... Saludos,
      El Tapir

      Eliminar