Quizá no sepáis que Uribe, cuando era más joven, en los inicios de su carrera deportiva, tuvo la suerte de llegar a tener no uno, no, sino dos biscúters. No veáis cómo triunfaba entre los zagales con su bólido. Recuerda que en una ocasión, un ciudadano de origen alemán se bajó de su Mercedes W180 (una buena carroza) y, creyendo ingenuamente que ese artilugio se lo había autoconstruído él, exclamó admirado: "¡es usted muy hábil, amigo!" En fin, qué tiempos...
viernes, 31 de enero de 2014
Uribe y el biscúter
Esto de Dalí le ha dejado a Uribe un poco convulso. Vamos a tranquilizarnos un poco y a contar cosas más entrañables y un poco menos sórdidas, que buena falta hace tal como está el patio.
Quizá no sepáis que Uribe, cuando era más joven, en los inicios de su carrera deportiva, tuvo la suerte de llegar a tener no uno, no, sino dos biscúters. No veáis cómo triunfaba entre los zagales con su bólido. Recuerda que en una ocasión, un ciudadano de origen alemán se bajó de su Mercedes W180 (una buena carroza) y, creyendo ingenuamente que ese artilugio se lo había autoconstruído él, exclamó admirado: "¡es usted muy hábil, amigo!" En fin, qué tiempos...
Quizá no sepáis que Uribe, cuando era más joven, en los inicios de su carrera deportiva, tuvo la suerte de llegar a tener no uno, no, sino dos biscúters. No veáis cómo triunfaba entre los zagales con su bólido. Recuerda que en una ocasión, un ciudadano de origen alemán se bajó de su Mercedes W180 (una buena carroza) y, creyendo ingenuamente que ese artilugio se lo había autoconstruído él, exclamó admirado: "¡es usted muy hábil, amigo!" En fin, qué tiempos...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario