Bonito artículo de Javier Pérez Andújar, en EL PAÍS Cataluña de hoy, acerca de los Encantes recién estrenados.
Trabajó como colaborador de Emili Manzano (buen chico pero un poco pelotilla) en un programa de literatura de TV3, hasta que se vio que no tenía cabida en ese lugar —además... ¡hablaba en castellano!— y se lo quitaron de en medio. Hoy en día ni siquiera le hubieran contratado, por supuesto...
[...] "El otro día me fui a los Encantes, donde se amontonan los libros sin casa, viejas bibliotecas desahuciadas por defunción del dueño, o por no poder atender. Los Encantes se han convertido ahora en un centro comercial con sus diferentes niveles y su planta baja a modo de zoco, con rampas igual que líneas ascendentes en un gráfico, y el restaurante como prolongación del consumo. Los centros comerciales están cobrando vida: son inteligentes, tienen estómago y se reproducen. A los Encantes ya no se va a la ventura, se va a comprar como también se va a comprar al centro de Barcelona o a los museos. Les han quitado a los Encantes el polvo, la tierra, el suelo, todo lo que somos, la ocasión, la pobreza... Esa es la palabra. El Ayuntamiento se ha empeñado en ocultar la pobreza en todas sus manifestaciones, en las dolorosas y en las dignas. Lástima que no ponga el mismo empeño en solucionarla. Al Ayuntamiento le da miedo la intemperie, y por eso ha desnaturalizado ese mercadillo, que en esencia no es más que un callejón de almas perdidas, un saco con pulgas donde duermen tesoros".
El enlace al artículo entero es:
Revistas de toros
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