El día del entierro de Josep Maria Castellet, el Molt Honorable Mas —sujeto lúcido donde los haya—declaró en televisión que se podía estar orgulloso de pertenecer a un país que había dado a un hombre como Castellet.
Jordi Llovet, en el Quadern de EL PAÍS de hoy, se pregunta —con buen criterio— si se dan en la Cataluña actual las condiciones para que afloren personajes de ese estilo. Y viene a hacerse eco del penoso ambiente que se vive por aquí. Cultura de "pa sucat amb oli", en definitiva, diría Uribe.
Y Llovet añade (copia literal, pero se entiende):
«Potser és que Catalunya en té prou amb l’abassegadora profusió, en
especial a TV-3, de tres tombs, fires del cargol, concursos de menjadors de
calçots, castellers, "llaquistes", boletaires i altres espècies folklòriques i
endògenes d’aquesta mena. Són coses boniques, molt dignes de ser conservades.
Però funcionen soles, gràcies a Déu»
(La palabra "llaquistes" no es muy conocida pero, al estar entre comillas, presuntamente podría referirse a Lluis Llach y sus acólitos)
Para los devotos de Castellet — no es el caso de Uribe— se adjunta el enlace a este buen artículo de Jordi Llovet (está en catalán):
Cap altre Castellet?
¡Qué buen artículo! Se me había escapado. Gracias, Uribe, por facilitarme el enlace. Cuántas veces hemos comentado el nivel actual de la "cultureta" que hoy se respira en Cataluña.
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