miércoles, 18 de noviembre de 2020

Un poema de Francisco Brines

 40 AÑOS DE POESÍA ESPAÑOLA; Antología 1939-1979; Ed. Cincel (1979) / Francisco Brines, Continuidad de las rosas (1977); (pág. 179)

"Está en penumbra el cuarto, lo ha invadido" (recitado por el propio Francisco Brines)

[Poemas de Francisco Brines en Internet: la web poesi.as]



Y AHORA VAMOS A ALGO UN POCO MÁS PROSAICO (CIRCULA HOY POR LAS REDES)


Si no van a pie, en tranvía, en bicicleta o en patinete, vigilen donde aparcan el coche, y si éste se les esforcia, echénle un ojo al grullo que maneja la grúa. Ya no hay buenos profesionales en este país.

8 comentarios:

  1. Estoy leyendo Las brasas, el primer libro de Brines, pero al leer tu poema, me doy cuenta de que su estilo evolucionó mucho y a mejor. El primer libro es algo rústico todavía, lo que no le resta belleza. En cuanto a lo de la grúa es alucinante, difícil de creer aunque lo veas. Uf.

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    1. Ya que citas Las brasas, creo que está ahí un poema que me gusta mucho:

      «Está en penumbra el cuarto, lo ha invadido
      la inclinación del sol, las luces rojas
      que en el cristal cambian el huerto, y alguien
      que es un bulto de sombra está sentado.
      Sobre la mesa los cartones muestran
      retratos de ciudad, mojados bosques
      de helechos, infinitas playas, rotas
      columnas: cuántas cosas, como un muelle,
      le estremecieron de muchacho. Antes
      se tendía en la alfombra largo tiempo,
      y conquistaba la aventura. Nada
      queda de aquel fervor, y en el presente
      no vive la esperanza. Va pasando
      con lentitud las hojas. Este rito
      de desmontar el tiempo cada día
      le da sabia mirada, la costumbre
      de señalar personas conocidas
      para que le acompañen. y retornan
      aquellas viejas vidas, los amigos
      más jóvenes y amados, cierta muerta
      mujer, y los parientes. No repite
      los hechos como fueron, de otro modo
      los piensa, más felices, y el paisaje
      se puebla de una historia casi nueva
      (y es doloroso ver que aún con engaño,
      hay un mismo final de desaliento).
      Recuerda una ciudad, de altas paredes,
      donde millones de hombres viven juntos,
      desconocidos, solitarios; sabe
      que una mirada allí es como un beso.
      Mas él ama una isla, la repasa
      cada noche al dormir, y en ella sueña
      mucho, sus fatigados miembros ceden
      fuerte dolor cuando apaga los ojos.
      Un día partirá del viejo pueblo
      y en un extraño buque, sin pensar,
      navegará. Sin emoción la casa
      se abandona, ya los rincones húmedos
      con la flor de verdín, mustias las vides,
      los libros amarillos. Nunca nadie
      sabrá cuándo murió, la cerradura
      se irá cubriendo de un lejano polvo».

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  2. Un poeta con el que tengo deudas.
    he de pagarlas.
    Gracias.

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    1. Venga, a pagar, no me seas agarrao. No eres el único: yo también las tengo.

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  3. Respuestas
    1. Me gusta mucho, es muy intimista, bastante alejado de la "poesía social".

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  4. Un poeta excelente.
    Lo de la grúa, ¿no será un montaje?

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    1. ¡No sé, espero que sí! Pero las imágenes son reales y, si es así, los que hayan prestado los coches tienen su mérito. Yo no lo hubiera hecho.

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