El gobierno o 17 gobiernitos. Ya veremos. Calculadora en mano, tocamos a muchos por puesto, pero peor es nada. Ya lo ven: los primeros en todo siempre, en contagios, en muertes y ahora en planes de vacunación, aunque no sabemos de qué vacuna. Los catalanes, que siempre som els millors, vamos a tener celos del doctor Sánchez. En fin, esperemos estar entre las prioridades del susodicho y que no se nos cuelen por delante algunos chuponcetes.
Decía el filólogo Fernando Lázaro Carreter, que fue director de la RAE, acerca de este verbo ("priorizar"). «No deportivo, sino bien docto quiere ser el priorizar que, sobre el galicismo prioritario, han engendrado gobernantes y políticos de uno y otro color del arco parlamentario, dicho con brillante metáfora actual. Y así, un ministro recién nombrado se ha apresurado a dejar constancia de su familiaridad con el lenguaje de las cumbres: "a la vista del presupuesto, ya veré qué priorizaré". Decir "a qué concederé o daré preferencia" hubiera sido indicio de bisoñez». Palabras, que no falten.
Al hilo del saludo que les dimos ayer en el "Día Mundial del Saludo", incidiendo en los signos de apertura, G.U. ha estado hojeando precisamente un libro del antes citado Fernando Lázaro Carreter, una persona a quien el padre ("El Tirano") de quien esto escribe tenía en gran estima. En realidad, era un gran aficionado a los temas lingüísticos, tenía muchos libros en casa sobre estos asuntos (Ramón Carnicer y otros). Él mismo, cuando se jubiló a los sesenta y ocho años de "Tranvías de Barcelona" (la compañía de autobuses se llamaba así), empresa en la que se dedicaba a dirigir las obras de nuevas líneas de tranvía por los barrios de Barcelona (hasta que las empezaron a suprimir), se apuntó en la Universidad Central a estudiar Filología en la facultad de Filosofía y Letras. Allí era, como ya puede suponerse, el más vetusto de la clase (y también el más aplicado).
Pues bien, a vuelapluma, en esta ociosa tarde de domingo nos topamos con un artículo de "El dardo en la palabra" que le hubiera encantado, pero que no lo pudo llegar a leer porque es de 1984 y ya había fallecido. Ya entonces se empezaban a utilizar estos dos monosílabos, "afirmativo" y "negativo", que ahora emplean con gran soltura no solo en las agencias de viajes y los taxistas, sino policías y guardias de todo rango y condición. También lo usamos en plan de cachondeo cuando G.U. se comunica con sus hermanos, vía WhatsApp. Por eso le ha hecho gracia encontrarlo así, al tuntún. Hay muchos otros parecidos, siempre con esa guasa que se traía. Que Dios bendiga a Fernando Lázaro Carreter (y a "El Tirano").
Pues bien, a vuelapluma, en esta ociosa tarde de domingo nos topamos con un artículo de "El dardo en la palabra" que le hubiera encantado, pero que no lo pudo llegar a leer porque es de 1984 y ya había fallecido. Ya entonces se empezaban a utilizar estos dos monosílabos, "afirmativo" y "negativo", que ahora emplean con gran soltura no solo en las agencias de viajes y los taxistas, sino policías y guardias de todo rango y condición. También lo usamos en plan de cachondeo cuando G.U. se comunica con sus hermanos, vía WhatsApp. Por eso le ha hecho gracia encontrarlo así, al tuntún. Hay muchos otros parecidos, siempre con esa guasa que se traía. Que Dios bendiga a Fernando Lázaro Carreter (y a "El Tirano").
Creo, GRAN URIBE, que tu eres "negatifffffo, nunca positiffffffo".
ResponderEliminarjajajajajaja
salut
Yo es que soy más de Van Gaal (el inventor de la frase) que del susurrante Guardiola, a quien no puedo ni ver.
Eliminar[img]https://www.culemania.com/uploads/s1/63/68/07/3/louis-van-gaal-josep-guardiola-11212017-lrtqbhumyb06z5vxihbjzz14.jpeg[/img]
Veo que el gran Millás te ha dedicado una fotografía disfrazado de taxista madrileño. Está muy bien, porque él obtiene muchas de sus historias gracias al palique de los taxistas de mi ciudad, que tienen una verborrea tremenda (los que son de aquí, sobre todo, todo lo saben y de todo echan pestes; para ellos todo negatifffffo, nunca positifffffo).
ResponderEliminarMuchas gracias
F.G.
Millás tiene bastantes artículos e historias cortas en las que salen taxistas madrileños, una buena fuente de inspiración para él.
EliminarLa imagen la he tomado de una entrada mía:
https://granuribe50.blogspot.com/2016/04/millas-y-el-taxista-beodo.html
O esta otra, también dedicada a Millás y a Lucía, la taxista:
Eliminarhttps://granuribe50.blogspot.com/2018/04/lucia-la-taxista-madrilena-de-millas.html
El dardo en la palabra es un libro indispensable. Lo recomiendo una y mil veces.
ResponderEliminarSaludos
Francesc Cornadó
Me encantan los artículos de Lázaro Carreter: están llenos de sabiduría y retranca.
EliminarMuy bueno, gracias. A mí también me interesan esos temas. ¿Por qué no nos saca algún fragmento más de ese libro?
ResponderEliminarBueno, a petición del distinguido público, le envío un extracto de Lázaro Carreter, que tengo in mente de cara a convertir en una próxima entrada, pero hay que trabajarla un poco. Ya sabe que ahora todos somos usuarios. Aparte de toda la jerga de Internet (con lo de "nombre de usuario", "a nivel de usuario" y todo eso), que Carreter desconocía, con esto del coronavirus han surgido nuevos usuarios. Los más recientes son usuarios de hospitales, residencias de ancianos e, incluso, cementerios. Son los nuevos usuarios, los de los cementerios, algo que he oído ya en alguna ocasión por TV.
EliminarEl extracto de lo que decía Lázaro Carreter, extraído de "Rumorología" (1996) es:
«De pronto, la palabra usuario se ha salido de madre y se ha expendido con rapidez por campos ajenos, favorecida por el hecho de que la lentitud evolutiva de antaño se ha trocado —hablo del léxico— en atropello y prisa.[...]
Leo, por ejemplo, el aviso municipal que anuncia el cierre de una plaza al tráfico; habrán de tenerlo en cuenta sus usuarios para evitarla. El Gobierno, en su ágil carrera hacia el abismo, lanza la sonda emponzoñada de que los usuarios de la Sanidad Pública tendrán que pagar por servicios ahora dispensados gratis total. Los usuarios de una piscina rechazan ciertas presencias, mientras que los de un mercado reclaman medidas higiénicas. Y así, incesantemente; los que antes eran automovilistas o conductores y los enfermos, bañistas o parroquianos son ahora usuarios. Y también quienes tomamos taxis, paseamos por los parques o bebemos agua sin gas; pronto serán eso los clientes de un establecimiento bancario, de un restaurante, de una peluquería, de un otorrino, los lectores de los periódicos, los compradores de amor, los alumnos de un colé, los drogadictos, los fieles de un templo, los aficionados al boxeo o a la boina...: el sinfín enorme de quienes nos servimos de algo, lo utilizamos, frecuentamos o empleamos: todos de uniforme, todos usuarios».
Yo la primera vez que la oí fue a uno de mis cuñados, cuyo trabajo en Iberia estaba directamente relacionado con la aviación. MJ
ResponderEliminarSí, según Carreter, la cosa empezó en el mundo de la aeronáutica. Ahora lo emplea todo el mundo que habla por un telefonillo (o antes walkie-talkie) y lleva uniforme. Son palabras más contundentes que el "sí" o "no" de toda la vida".
Eliminar