martes, 10 de noviembre de 2020

El oso, las mascarillas y la "Sinfónica de Galicia"

[granuribe / (8/11/2020)]
Va a ser eso: debemos de estar chapados a la antigua. Estamos muy disgustados con lo que vemos a nuestro alrededor, y no es para menos; quedaba bastante claro en la entrada de anteayer, en la que avalábamos los exabruptos de Javier Marías. Pero lo más preocupante (palabreja de moda) del asunto sería que esta vida que llevamos desde hace meses y meses pudiera prolongarse indefinidamente, para siempre; uno no quiere ni siquera imaginarlo. G.U. no tiene un mundo social amplio, la verdad sea dicha, pero esa perspectiva le resulta desalentadora y empieza a inquietarle por las noches. 

Sus contactos (no telemáticos) más habituales, aunque escasos, se producen a través de la terracita que, al estar situada en un primer piso, los permite de manera asaz suficiente, incluyendo el canje e intercambio de mercancías o de regalitos con los familiares de doña Perpetua, que viven cerca. Cuando hay zagales/as de por medio, para esto último se utiliza el oso de las fotos, debidamente enmascarado; hablamos de aquel que G.U. capturara hace ya veinte años en una salida con los alumnos (y las alumnas, ojo) a Port Aventura, en un día en que volvió con un amago de insolación a causa del inclemente astro rey de finales de junio. ¡Qué tiempos! Hoy no volvería a ese lugar ni atado.



"Seamos siempre positifos, nunca negatifos", en espera de las vacunas. El asunto tiene sus compensaciones, por suerte.
Ante el televisor y con mascarilla, con la Orquesta Sinfónica de Galicia y la "Heroica" (9/11/2020)
(YouTube / granuribe50)
Verbigracia: G.U. se emociona con cosas que apenas había practicado antes, pero que enfocadas ahora desde este ángulo adquieren su importancia. Por ejemplo, viendo y oyendo —gin tonic de media tarde en mano— a la Orquesta Sinfónica de Galicia por YouTube en la tele (una orquesta de p*** madre, con grabaciones muy buenas), al interpretar la Heroica de "Bitufen" (Beethoven, para los amigos), con el director y los instrumentistas de cuerda con sus mascarillas correspondientes y los de viento sin ellas (naturalmente; necesitarían una como la de El Roto del otro día); y G.U. con los auriculares puestos a tope y batuta en mano, remedando a von Karajan. Una chaladura, sí, pero bendita chaladura...

Sigan a esa orquesta, si les gusta la música clásica; su nombre no es tan aparatoso como el de la nostra ("Orquesta Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya"), pero es buena. No llega a la Filarmónica de Berlín pero vaya...

8 comentarios:

  1. Curiosa estampa, pero no única. A nosotros nos sucede algo similar.
    Me fastidia ver a los nietos desde lejos.
    Un abrazo

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    1. Sí, los del ático lo tienen peor. Tienen más luz, sí, pero entre que se estropea el ascensor del amigo Schindler cada dos por tres y esto del confinamiento, ya piensan en marcharse a vivir al campo. Veremos cómo les va: la vida rural no es fácil ni siempre agradable.

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  2. Desde que abrió Port Aventura en mi instituto iban grupos cada año, pero yo me negué a ir como acompañante -me hice objetor de conciencia en ese sentido- de modo que no he estado nunca, ni siquiera he llevado a mis hijas cuando eran pequeñas. Tampoco las he llevado a Eurodisney. Espero que me lo puedan perdonar jajaja.

    Está claro que en Galicia son menos ampulosos que por aquí en que la palabra "Nacional" y "Catalunya" los excita como a monos en celo, no se me ocurre otra comparación más certera.

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    1. Aquí tenemos la respuesta, Joselu:
      https://granuribe50.blogspot.com/2020/11/la-orquesta-simfonica-de-barcelona-i.html

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  3. ¡Qué graciosas esas niñas esperando el regalito! La relación con mis nietas también es contactless, pero como ya son mayores, es vía Skype, videollamada o llamada normal.
    Como tutor o tutora de un grupo, en el instituto, era prácticamente obligatorio acompañarlo a Port Aventura, así que algún año me tocó. Era bastante cansado, pero sin problemas de comportamiento por parte del alumnado.
    Estupenda la Orquesta Sinfónica de Galicia. MJ

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    1. Siempre se portaban bien los zagales (y no tan zagales, hasta los de 18 años disfrurtaban como chiquillos); no es raro, estaban entretenidos y no les dábamos el coñazo, refugiados como estábamos en baretos a la sombra o, en mi caso, cazando ositos de peluche.

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  4. ¡Qué fácil puede ser poner un nombre a una orquesta! Mira que aquí nos lo ponemos difícil y además largo y rimbombante. Nos hacen creer que cuanto más largo sea, mejor será la orquesta. Parece que aquí lo tengamos que tener todo gordo, bien gordo, como el oso de peluche.
    Salud
    Francesc Cornadó

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    1. Aquí tenemos la respuesta, Francesc:
      https://granuribe50.blogspot.com/2020/11/la-orquesta-simfonica-de-barcelona-i.html

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