lunes, 22 de enero de 2018

Los porteadores de Melilla

Porteadoras en la frontera de Melilla
Fotografía: José Luís Sanchez Hachero
Ocurre en suelo español, en el paso del Barrio Chino, al sureste de Melilla, una ciudad preciosa, bien conocida por este bloguero desde que hizo la mili en Regulares (1976, recién muerto Franco). Junto a la frontera, cientos de marroquíes esperan cada día con un paquete de 80 kilos a cuestas. En torno a las ocho de la mañana, un agente hace sonar un silbato y una avalancha de porteadores echa a correr. Luchan por llegar los primeros a la aduana. Cuanto menos tiempo tengan que esperar en la fila, más viajes harán y más dinero cobrarán, muy poco por cierto. Transportan ropa y zapatos usados desde España a  Marruecos.

Para controlar la salida de Melilla, un centenar de vigilantes marroquíes, propuestos por la Guardia Civil y pagados por los dueños de la mercancía, dirigen el flujo de esa pobre gente, cuyas lumbares deben de andar hechas cisco (lo están las de Gran Uribe y eso que pocas veces lleva  un peso de más de 23 kilos —la maleta—, claro que... con ruedas).


Pero no existe solo el peligro que corre la espalda; están las avalanchas. "Siempre hay peleas entre los porteadores, a veces se pisan unos las cabezas de otros. Los vigilantes están ahí para canalizar la situación, si no la Guardia Civil no daría abasto", manifiestan fuentes policiales. Hoy ha muerto un hombre allí y ya llevamos casi una decena de fallecidos en el último año en parecidas circunstancias.  Aquello debe de ser un horror.




Tristísimo asunto que añadir a los múltiples dramas relacionados con las fronteras. Pero, lo que son las relaciones de ideas (en el blog nos movemos mucho de esa manera): al observar la foto de esas mujeres, con sus pesados fardos a la espalda, le ha venido a G.U. el recuerdo de los "espaldas mojadas" de Méjico. Por lo de la 'espalda' y lo de las fronteras.

Y, ya puestos en ello, vamos a intentar dulcificar un poco esta lúgubre entrada con aquella maravillosa canción que inmortalizó Ray Charles a dúo con Willie Nelson ("Seven Spanish Angels"). Narra la breve y triste historia de dos amantes mejicanos —"espaldas mojadas"— abatidos a tiros al cruzar la frontera con Texas. Aquí os ofrecemos la versión de Alison Krauss y Jamey Johnson, con Willie Nelson asintiendo complacido desde el palco, y no es para menos porque la versión country de Alison (una habitual del blog, esta vez sin su violín) y Jamey es muy buena.

[«Había siete ángeles hispanos / en el altar del Sol. /Rezaban por los amantes en el Valle de las Armas./  Cuando la batalla se detuvo y el humo se aclaró, / hubo un trueno desde el trono, / y siete ángeles hispanos / llevaron otro ángel a casa»].

3 comentarios:

  1. Preciosa y emocionante canción country, cuya versión original, a cargo de W. Nelson y R. Charles, también desconocía. Tampoco sabía que esos dos astros hubieran colaborado alguna vez. En fin, cada día se aprende algo...
    El Tapir

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  2. Qué emocionante canción-homenaje a los pobres desheredados que se ven obligados a cruzar fronteras, dejándose muchos la piel, para tener una vida mejor. No la conocía y es maravillosa. Gracias, G.U.
    nvts

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